nformación General - Informe Especial
Una amplia mirada sobre las redes que lucran con la pedofilia
23/07/11 | El negocio de la pornografía infantil es uno de los más lucrativos que se conocen en la actualidad. El consumo como adicción. Las formas de operar a través de Internet para captar menores. Lo que deben hacer los padres en un apartado especial.
Algunas personas consumen pornografía como otras consumen cigarrillos o alcohol, necesitan dosis permanentes de contenidos pornográficos o bien los emplean con anterioridad a la relación sexual para lograr un nivel de estimulación adecuado. Sin embargo, lo que en un primer momento empieza como curiosidad o parte del juego sexual, puede convertirse en una adicción, donde la pornografía no pueda más estar ausente de la persona, a quien ya no le será fácil lograr un nivel normal de excitación sin requerir del uso de ésta. El término adicción ha estado comúnmente ligado al empleo de sustancias tóxicas como el tabaco, el alcohol o las drogas químicas, sin embargo, son varios los estudios en torno a las “dependencias psicológicas” que apuntan a considerar cierto tipo de situaciones con el mismo poder de adicción que las que producen las sustancias antes mencionadas. Es así como la adicción a la pornografía comprende una sintomatología muy similar a la presente en las adicciones tradicionales. Una espiral que crece De un modo muy similar a la que acontece con el consumo de las sustancias psicoactivas, la pornografía como estímulo pierde fuerza por la sobre exposición a ésta (sobredosis). Un tipo de imágenes pornográficas –las más comunes- con el tiempo pierde su carácter excitatorio y la persona (el usuario) busca entonces nuevas formas de pornografía, cada vez más explícitas, más “duras” o bien más “excéntricas” o perversas para alcanzar su objetivo de excitarse. Activar una parafilia latente Así como no todos los soldados que combaten en una guerra sufren la llamada “psicosis de guerra”, de igual forma, no todas las personas expuestas a algo van a manifestar una perturbación psicológica determinada, pero lo que sí es cierto es que cuando una persona posee una tendencia latente (dormida) hacia un tipo determinado de desviación sexual (parafilia), un evento determinado puede propiciar que dicha tendencia aflore y se materialice. Debemos recordar que, uno de los condenados por el mayor caso de pedofilia en línea declaró que jamás había tenido tendencias pedofílicas hasta que encontró contenidos de pornografía infantil en Internet. El negocio de la pornografía en Internet ha sabido explotar esta debilidad humana ofreciendo sitios especializados de acuerdo a las parafílias existentes. Tolerancia social ante hechos inaceptables En general, el carácter “obsceno” de la pornografía está dado por lo que es considerado socialmente aceptable. Lo que en el pasado era visto como decididamente obsceno hoy es considerado como algo “picante”. Desgraciadamente en esta definición social priman los intereses de los adultos sobre los de los menores de edad y algunos contenidos decididamente nocivos para los chicos, son presentados hoy como algo natural (un ejemplo claro: el desnudo en la publicidad televisiva o escrita). La pornografía como industria violenta La pornografía tiene relación con industrias como la de la prostitución, la producción y comercialización de artículos y juguetes sexuales, el turismo sexual, y la venta de sustancias controladas. La pornografía es un negocio donde impera una competencia feroz por los billones de dólares que genera anualmente en el mundo. Las personas que participan en ella están dispuestas a cualquier esfuerzo o acción (en muchos casos ilegales), con el fin de asegurarse un buen lugar en el mercado. Si una industria de estas “descubre” que hay un segmento de consumidores que prefieren contenidos con abierto carácter violento u otro que prefiere contenidos donde se hallen presentes niños, niñas y/o adolescentes, no dudarán en establecer los mecanismos para generar “obras” que satisfagan los deseos de dichos consumidores. El ciber acoso infantil Los niños se pueden ver sometidos a grooming o ciber acoso infantil. Una manera de obtener material sexual mediante amenazas y extorsión. Lamentablemente no siempre el ciber acoso infantil está contemplado en la legislación como un delito. Un vacío peligroso, pues la única manera de procesar a un adulto por este tipo de conductas es a través de la figura legal de “almacenamiento de pornografía infantil”. Esto quiere decir que si una persona no guarda el material en su computador, sino que sólo lo ve a través de la Web no se configura un delito. Tampoco lo son las mentiras para obtener la confianza de las víctimas o la manipulación para obtener material de alto contenido sexual. El ciber acoso hace referencia a la práctica realizada por un adulto, donde a través de mentiras (principalmente en cuanto a su edad), trata de entablar amistad con niños a través de los chats y, posteriormente, seducirlos y extorsionando a fin de cometer abusos sexuales u obtener material de contenido erótico. Esta práctica, común en el mundo desde el año 2005, ya ha sido regulada por varios países y ello ha permitido penalizar la visualización de material pornográfico infantil a través de Internet (aunque éste no sea almacenado); y penalizar la pornografía infantil simulada. Cada día aumenta el número de casos de grooming, debido a la mayor cantidad de conexiones a Internet que se multiplican a gran velocidad. Un estudio realizado demostró que el 44 por ciento de los menores que accede a Internet se ha sentido acosado en alguna ocasión, al menos un 30 por ciento ha entregado su número de teléfono a un extraño a través de la red y el 16 por ciento reconoce que ha dado la dirección de su casa. Y eso no es todo, el 14,5 por ciento de los pequeños reconoce que ha concertado citas por medio de Internet con un desconocido. Lo que deben hacer los padres Pero no sólo una normativa legal es necesaria para mantener a los niños a salvo. El papel de los padres es fundamental a la hora de prevenir que los menores mantengan contacto con personas extrañas. Los expertos recomiendan que el computado esté en un lugar visible dentro del hogar, para que los padres puedan vigilar qué hacen sus hijos mientras navegan por Internet. Jamás deben permitir que los pequeños “chateen” a puertas cerradas o después de las 22 horas, horario en que aumenta el número de pedófilos conectados a la red. Los padres siempre deben estar al tanto de los “contactos” de sus hijos y con quienes “chatean”. Otro consejo es evitar que los menores, al momento de crear una cuenta de correo o configurar su nick, den señales de su edad como por ejemplo combinar su nombre con el año de nacimiento. El rol de los padres a la hora de prevenir es fundamental, pues en la mayoría de los casos los niños que se ven involucrados en grooming no lo comentan con su entorno y, debido a las amenazas, muchos terminan por acceder al envío de material de alto contenido erótico o a concretar encuentros presenciales con los pedófilos
http://www.diarioelargentino.com.ar/noticias/94370/una-amplia-mirada-sobre-las-redes-que-lucran-con-la-pedofilia
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