Autor: Editor YU el Mar, 07/07/2009 - 13:26.
a masturbación, tanto la masculina como la femenina, es la estimulación de los órganos genitales con el fin de obtener placer sexual. Se trata de una práctica sexual hacia uno mismo, aunque también se utiliza este concepto para la estimulación realizada sobre los genitales de otra persona con los mismos fines placenteros. Este acto o conducta suele realizarse con las manos o mediante el frotamiento de los genitales contra algún objeto adecuado. Cada vez es más común el uso de los llamados "juguetes sexuales" para obtener este tipo de excitación.
El urólogo y sexólogo, Dr. Eduardo Pino, indica que a este tipo de conductas no hay que darle una connotación negativa, ya que forma parte del crecimiento y desarrollo sexual. “La masturbación no es mala, sino que está desprestigiada. No es una perversión o parafilia, si no que una alternativa ”, señala.
El especialista agrega que los padres tienden a ver la masturbación de manera muy alarmista, y con un sentido negativo. “Los padres creen que si no le prohíben al adolescente que se masturbe, va a terminar haciéndolo todo el día. Y esa es una preocupación errónea, dado que el mismo organismo regula esta función como muchas otras. Lo mismo se podría pensar cuando inician las relaciones sexuales. Pero no es así, ya que la naturaleza es muy sabia y tiene los elementos para controlar y regular este hecho (período de refractariedad)”, sostiene.
Una conducta universal, y con efectos positivos
El Dr. Pino asegura que la experiencia masturbatoria es casi universal entre los varones adolescentes y también se observa en un gran porcentaje de muchachas, sin que exista ninguna evidencia de que lleva a posteriores dificultades en la actividad sexual.
“Yo diría incluso que ocurre todo lo contrario. Diversos estudios avalan la tesis de que la masturbación lejos de ser una actividad despreciable e insana, constituiría uno de los pilares sobre el cual se organiza y estructura la sexualidad de cada persona. Gradúa el aprendizaje, tonifica la estructura muscular genital, el conocimiento del propio funcionamiento sexual, ayuda a aprender a controlar y regular sensaciones sexuales, hay una regulación muscular, y autonomía sexual y personal”, asegura.
El facultativo agrega que durante la exploración de sus genitales, los niños experimentan sensaciones que podríamos aventurar que son calificables de placenteras o por lo menos satisfactorias, las cuales no rehúye, sino que por el contrario, se orienta a ellas enriqueciéndolas con experimentación de nuevos ejercicios, lúdicos quizá, que deriva en nuevas sensaciones de goce, considerando como resultado una expresividad sexual masturbatoria que une en si mismo la exploración, la experimentación, la estimulación y la satisfacción en un complejo mecanismo biológico social de reconocimiento, identificación y descubrimiento.
“Existen evidencias clínicas de que los adolescentes que reprimen sus sensaciones sexuales hasta el punto de no masturbarse nunca, pueden tener dificultades posteriores para adaptarse a la sexualidad adulta como lo vemos frecuentemente en la consulta especializada de sexología, y presentan riesgos altos de trastornos emocionales, además de eyaculación precoz y problemas erectivos”, asegura.
Sentimientos de culpa
El sentimiento de culpa de la moralidad de la masturbación es otro problema que aparece con frecuencia y que debe tratarse individualmente, teniendo en consideración el ambiente religioso y las creencias del adolescente.
”Los adolescentes cuando comienzan con esta actividad no saben si tiene efectos negativos en el plano físico o emocional o si es una actividad normal o anormal. Si la gente puede darse cuenta cuando uno se ha masturbado o si esto les producirá un debilitamiento de la actividad sexual futura. Incluso están inmersos en un mar de mitos, algunos de los cuales señalan que la masturbación es causa de acné, problemas mentales, esterilidad, debilidad mental, verrugas en las manos etc, pese a que no existe ninguna veracidad. La masturbación es una conducta que rara vez resulta problemática en el adolescente. Excepto cuando interfiere con otros aspectos de la vida”, afirma.
“La masturbación tiene una connotación social que puede ser favorable, indiferente o reprochable, según el grupo socio cultural de que se trate. Es decir, el valor social será aquel que nosotros le adjudiquemos, que somos los que estamos alrededor del niño, independientemente de su significación intrínseca”, señala.
El especialista agrega que, por otra parte, ha querido interpretarse esta conducta desde varias perspectivas científicas simplistas a aventuradas, creando un marco de prejuicios represivos. Por un lado, se indica que la masturbación es una expresión sexual de personas no adultas, y que provoca frecuentemente ansiedad y se acompaña de sentimientos de culpa.
No obstante, las investigaciones más formales realizadas, ponen de manifiesto que, si bien la respuesta masturbatoria se inicia en una edad temprana, en una buena cantidad de individuos se prolonga a lo largo de la vida, alternando su frecuencia según una circunstancialidad y reflejando una carga afectiva y socio cultural importante”, asevera.
A modo de conclusión, el Dr. Pino asegura que los científicos y sexólogos más destacados del mundo en este momento avalan la tesis de que la masturbación, lejos de ser una actividad despreciable e insana, constituiría uno de los pilares sobre el cual ser organiza y estructura la sexualidad de cada persona.
“Así tenemos que el 95% de los adolescentes la practican y unos 30 - 40% de los hombres casados la mantienen”, concluye.
http://informe21.com/sexualidad/masturbacion-seria-pilar-cual-se-estructura-sexualidad
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