Zoofilia: homem é flagrado por populares e espancado
Publicado por Redação em 16/03/2011 as 09:40
Arquivado em Cidades, Municípios
O empregado Abdnal Carlos Araújo da Silva, de 49 anos, foi espancado na noite desta terça-feira (15), na Santa Lúcia, após ser flagrado por populares praticando sexo com uma égua, num terreno baldio da avenida Delmiro Amorim.
Segundo as informações repassadas à polícia, o desempregado “atacou” a égua quando esta estava amarrada a uma árvore e comendo ração.
Revoltados, populares bateram no acusado. Ele só não apanhou mais porque policiais militares chegaram ao local. Abdnal foi levado para o Hospital Geral do Estado (HGE), recebeu atendimento médico e, em seguida, foi levado para a Central de Polícia para ser autuado em flagrante por atentado ao pudor, uma vez que zoofilia não possui artigo específico previsto no Código Penal.
http://www.ojornalweb.com/2011/03/16/zoofilia-homem-e-flagrado-por-populares-e-espancado/
domingo, 20 de março de 2011
¿Eres eyaculador precoz?
¿Eres eyaculador precoz?
13:56
Lee el chat con Anna Gil
Dicen las estadísticas que casi un 40% de la población mundial presenta la sintomatología propia de la eyaculación precoz
ANNA GIL WITTKE Dicen las estadísticas que casi un 40% de la población mundial presenta la sintomatología propia de la eyaculación precoz. De este 40% sólo un 30% solicita la ayuda de un profesional. Más del 90% de aquellos que siguen un tratamiento adecuado logran superar esta disfunción.
Pese al buen pronóstico que presenta la eyaculación precoz, sigue habiendo mucha resistencia a la hora de acudir a un especialista. Una dificultad añadida es saber a quién acudir. Suelen ser los médicos de atención primaria o los urólogos los que reciben las primeras consultas. Muchos son derivados a psicólogos que ofrezcan un tratamiento eficaz para las disfunciones sexuales.
¿Por qué se produce la eyaculación precoz?
La eyaculación precoz se origina por diversos factores. Puede surgir en el seno de una relación de pareja conflictiva, donde el hombre evita el contacto afectivo-sexual prolongado (son los menos). En otras ocasiones se debe a carencias en la educación, es decir, que él, no ha aprendido que la relación sexual pasa por satisfacer, además de a si mismo, a su pareja (visión que se asociaba al machismo). A veces un mal entrenamiento, como masturbarse buscando eyacular en el menor tiempo posible, generan estrés y dificultan disfrutar y percibir las sensaciones graduales que se producen en el camino al orgasmo. Buscar distraerse durante el coito para retrasar la eyaculación produce los mismos resultados no deseados. También puede tener su origen en factores orgánicos a nivel neurológico o en enfermedades de la próstata. Pero, en la mayoría de los casos tiene un origen psicológico y del comportamiento. Suele ser una preocupación excesiva en complacer a su pareja o lo que los expertos denominamos "ansiedad frente al rendimiento".
Debemos entender que el cuerpo humano posee la capacidad para un buen rendimiento sexual. Por eso la terapia consiste en descubrir y eliminar aquellas cosas que obstaculizan el funcionamiento sexual natural. Entendemos, de esta forma, que la persona posee esa capacidad y que en su estado natural es la adecuada.
¿Cómo se cura la eyaculación precoz?
Hace no mucho llegó al mercado español la pastilla "milagro" para esta disfunción. Me refiero a la dapoxetina. Milagro no sólo para la disfunción sino para salvar el orgullo de aquellos que la padecen. Pues es un alivio no tener que atribuir a factores psicológicos los problemas que se dan en el funcionamiento sexual.
Este fármaco, efectivamente retrasa el efecto eyaculatorio, pero, ¿cuanto tiempo? Se dice que triplica o cuatriplica el tiempo transcurrido hasta la eyaculación. Pero si hablamos de eyaculación precoz, la cual suele darse antes o al poco tiempo de penetrar la vagina (no más de 1 o 2 minutos), llegar a 3 o 4 minutos sigue siendo antes de lo que la persona desearía para satisfacer a su pareja. Pues si una mujer necesita una media de 12 minutos, el hombre debería al menos alcanzar este tiempo antes de llegar al climax.
Entendiendo la importancia de los factores psicológicos, la terapia va encaminada no sólo a tratar la ansiedad, sino a aprender pautas de control del reflejo eyaculatorio.
Entendiendo que la eyaculación tiene dos fases: una preexpulsiva (el llenado de esperma de las vías genitales posteriores) y otra expulsiva (la expulsión del esperma). Pues bien, la primera fase es suceptible de control volitivo, la segunda no; actúa puramente como cualquier otro reflejo, es decir como un impulso. Se trata de aprender a controlar esta primera fase de la eyaculación ya que es reversible y así poder retrasar la segunda. Es decir, que el implicado pueda eyacular cuando lo desee disfrutando más de la fase previa al orgasmo.
No obstante, se pueden combinar los medicamentos con la terapia psicológica.
Algunos consejos:
Si entendemos que la relación sexual no se reduce a la penetración vaginal aumentamos el campo de exploración y disfrute sexual.
El sexo, como la relación de pareja es cosa de dos y la responsabilidad se divide, no recae todo el peso en el hombre.
Reconocer las sensaciones asociadas a la fase de pre-expulsión ayudan a detectar cuando uno está cerca de la expulsión, pudiendo parar para volver a continuar con más margen temporal.
Se dice que la eyaculación precoz es la disfunción preferida de los psicólogos y sexólogos puesto que su tratamiento es tan eficaz como sencillo. La dificultad está quizá en que son pocos los que consultan y que además se tarda una media de 4 años y medio en hacerlo con lo que se contribuye a su cronificación. Por eso, si se encuentra en el caso de que de forma recurrente eyacula antes de lo deseado, en un intervalo de tiempo muy bajo, el consejo es que solicite la ayuda de un profesional, para poder disfrutar cuanto antes de los beneficios de un buen tratamiento.
http://www.diarioinformacion.com/sociedad/2011/03/12/eyaculador-precoz/1103810.html
13:56
Lee el chat con Anna Gil
Dicen las estadísticas que casi un 40% de la población mundial presenta la sintomatología propia de la eyaculación precoz
ANNA GIL WITTKE Dicen las estadísticas que casi un 40% de la población mundial presenta la sintomatología propia de la eyaculación precoz. De este 40% sólo un 30% solicita la ayuda de un profesional. Más del 90% de aquellos que siguen un tratamiento adecuado logran superar esta disfunción.
Pese al buen pronóstico que presenta la eyaculación precoz, sigue habiendo mucha resistencia a la hora de acudir a un especialista. Una dificultad añadida es saber a quién acudir. Suelen ser los médicos de atención primaria o los urólogos los que reciben las primeras consultas. Muchos son derivados a psicólogos que ofrezcan un tratamiento eficaz para las disfunciones sexuales.
¿Por qué se produce la eyaculación precoz?
La eyaculación precoz se origina por diversos factores. Puede surgir en el seno de una relación de pareja conflictiva, donde el hombre evita el contacto afectivo-sexual prolongado (son los menos). En otras ocasiones se debe a carencias en la educación, es decir, que él, no ha aprendido que la relación sexual pasa por satisfacer, además de a si mismo, a su pareja (visión que se asociaba al machismo). A veces un mal entrenamiento, como masturbarse buscando eyacular en el menor tiempo posible, generan estrés y dificultan disfrutar y percibir las sensaciones graduales que se producen en el camino al orgasmo. Buscar distraerse durante el coito para retrasar la eyaculación produce los mismos resultados no deseados. También puede tener su origen en factores orgánicos a nivel neurológico o en enfermedades de la próstata. Pero, en la mayoría de los casos tiene un origen psicológico y del comportamiento. Suele ser una preocupación excesiva en complacer a su pareja o lo que los expertos denominamos "ansiedad frente al rendimiento".
Debemos entender que el cuerpo humano posee la capacidad para un buen rendimiento sexual. Por eso la terapia consiste en descubrir y eliminar aquellas cosas que obstaculizan el funcionamiento sexual natural. Entendemos, de esta forma, que la persona posee esa capacidad y que en su estado natural es la adecuada.
¿Cómo se cura la eyaculación precoz?
Hace no mucho llegó al mercado español la pastilla "milagro" para esta disfunción. Me refiero a la dapoxetina. Milagro no sólo para la disfunción sino para salvar el orgullo de aquellos que la padecen. Pues es un alivio no tener que atribuir a factores psicológicos los problemas que se dan en el funcionamiento sexual.
Este fármaco, efectivamente retrasa el efecto eyaculatorio, pero, ¿cuanto tiempo? Se dice que triplica o cuatriplica el tiempo transcurrido hasta la eyaculación. Pero si hablamos de eyaculación precoz, la cual suele darse antes o al poco tiempo de penetrar la vagina (no más de 1 o 2 minutos), llegar a 3 o 4 minutos sigue siendo antes de lo que la persona desearía para satisfacer a su pareja. Pues si una mujer necesita una media de 12 minutos, el hombre debería al menos alcanzar este tiempo antes de llegar al climax.
Entendiendo la importancia de los factores psicológicos, la terapia va encaminada no sólo a tratar la ansiedad, sino a aprender pautas de control del reflejo eyaculatorio.
Entendiendo que la eyaculación tiene dos fases: una preexpulsiva (el llenado de esperma de las vías genitales posteriores) y otra expulsiva (la expulsión del esperma). Pues bien, la primera fase es suceptible de control volitivo, la segunda no; actúa puramente como cualquier otro reflejo, es decir como un impulso. Se trata de aprender a controlar esta primera fase de la eyaculación ya que es reversible y así poder retrasar la segunda. Es decir, que el implicado pueda eyacular cuando lo desee disfrutando más de la fase previa al orgasmo.
No obstante, se pueden combinar los medicamentos con la terapia psicológica.
Algunos consejos:
Si entendemos que la relación sexual no se reduce a la penetración vaginal aumentamos el campo de exploración y disfrute sexual.
El sexo, como la relación de pareja es cosa de dos y la responsabilidad se divide, no recae todo el peso en el hombre.
Reconocer las sensaciones asociadas a la fase de pre-expulsión ayudan a detectar cuando uno está cerca de la expulsión, pudiendo parar para volver a continuar con más margen temporal.
Se dice que la eyaculación precoz es la disfunción preferida de los psicólogos y sexólogos puesto que su tratamiento es tan eficaz como sencillo. La dificultad está quizá en que son pocos los que consultan y que además se tarda una media de 4 años y medio en hacerlo con lo que se contribuye a su cronificación. Por eso, si se encuentra en el caso de que de forma recurrente eyacula antes de lo deseado, en un intervalo de tiempo muy bajo, el consejo es que solicite la ayuda de un profesional, para poder disfrutar cuanto antes de los beneficios de un buen tratamiento.
http://www.diarioinformacion.com/sociedad/2011/03/12/eyaculador-precoz/1103810.html
Cosquillas sí, pero antes del sexo
Cosquillas sí, pero antes del sexo
Bien hechas, nos hacen desprender endorfinas y estimulan el deseo. Sin embargo, no todos son capaces de soportarlas y ciertas prácticas, como el sexo oral, pueden volverse desagradables
19 Febrero 11 - - A. J.
Unas manos prodigiosas no acarician sólo violines o pianos. Pueden hacer mucho más. Se deslizan, sujetan, incluso hablan. Pero para muchos, una de sus mejores habilidades son las cosquillas. Porque, precisamente éstas últimas, hechas con arte, pueden disparar la libido de la pareja. El preludio ideal de una buena sesión amatoria.
Para el Secretario General de la Federación Española de Sociedades de Sexología (FESS), Miguel Ángel Cueto, «el contacto físico y la risa que suelen provocar involuntariamente las cosquillas hacen que se generen endorfinas, estimulando nuestro bienestar y el deseo sexual. Además, se incrementa la autoestima al sentirnos deseados por la otra persona. Al relajar tensiones, puede propiciar una actitud receptiva adecuada».
Tanto es así, que ya hay centros especializados en realizar sesiones de cosquillas que duran de 15 minutos a una hora. Aunque éstas, más que despertar la pasión, relajan.
Aunque el nivel de sensibilidad varía según cada cual, para empezar con ciertas garantías se puede marcar un recorrido erótico partiendo de las axilas, deslizándose por los laterales, siguiendo por las ingles, bajar después hasta la cara interna de las rodillas y, para los valientes, dedicarle un tiempo a las plantas de los pies.
El orden, el que se prefiera. El instrumental para meterse en faena, el que de la imaginación o el que se tenga más a mano en el momento, dicen los expertos. Plumas, pinceles, la lengua, el propio pene (aunque su uso es más propio de un juego erótico que para hacer cosquillas)...
Piloto automático
Sin embargo, lo que para algunos es una experiencia casi orgásmica, para otros resulta incluso incómodo. Es lo que les ocurre a algunas parejas con el sexo oral. Las cosquillas en ciertos casos llevan a consultar a los sexólogos, porque, al practicarlo, se ven incapaces de soportar semejantes caricias. «Como siempre, no somos iguales y esa sensación que se experimenta en algunas partes del cuerpo cuando son ligeramente tocadas puede producir una conmoción desagradable para algunas de ellas», enfatiza el secretario de la FESS.
Por su parte, la terapeuta sexual y psicóloga estadounidense, Linda de Villers aclara que el esfuerzo por estimular al compañero o compañera no siempre viene acompañado de una respuesta positiva y automática. «Según mi experiencia profesional, se convierte más en un problema durante el sexo. No funciona como un interruptor mágico del deseo. No obstante, lo que sí se puede recomendar es que las utilicen como fase inicial y que las dejen al margen en el momento de comenzar la actividad sexual».
Si al probar no funciona como despertador del deseo, al menos puede resultar gracioso. «No cabe duda de que el sentido del humor es muy buen aliado para el disfrute sexual. De hecho, se utiliza como atractivo personal y puede servir de elemento moderador en las relaciones de pareja. Cuando el sexo es divertido y nuestra actitud positiva, dejamos de lado inseguridades y pensamientos que nos generan malestar», concluye Cueto.
http://www.larazon.es/noticia/3119-cosquillas-si-pero-antes-del-sexo
Bien hechas, nos hacen desprender endorfinas y estimulan el deseo. Sin embargo, no todos son capaces de soportarlas y ciertas prácticas, como el sexo oral, pueden volverse desagradables
19 Febrero 11 - - A. J.
Unas manos prodigiosas no acarician sólo violines o pianos. Pueden hacer mucho más. Se deslizan, sujetan, incluso hablan. Pero para muchos, una de sus mejores habilidades son las cosquillas. Porque, precisamente éstas últimas, hechas con arte, pueden disparar la libido de la pareja. El preludio ideal de una buena sesión amatoria.
Para el Secretario General de la Federación Española de Sociedades de Sexología (FESS), Miguel Ángel Cueto, «el contacto físico y la risa que suelen provocar involuntariamente las cosquillas hacen que se generen endorfinas, estimulando nuestro bienestar y el deseo sexual. Además, se incrementa la autoestima al sentirnos deseados por la otra persona. Al relajar tensiones, puede propiciar una actitud receptiva adecuada».
Tanto es así, que ya hay centros especializados en realizar sesiones de cosquillas que duran de 15 minutos a una hora. Aunque éstas, más que despertar la pasión, relajan.
Aunque el nivel de sensibilidad varía según cada cual, para empezar con ciertas garantías se puede marcar un recorrido erótico partiendo de las axilas, deslizándose por los laterales, siguiendo por las ingles, bajar después hasta la cara interna de las rodillas y, para los valientes, dedicarle un tiempo a las plantas de los pies.
El orden, el que se prefiera. El instrumental para meterse en faena, el que de la imaginación o el que se tenga más a mano en el momento, dicen los expertos. Plumas, pinceles, la lengua, el propio pene (aunque su uso es más propio de un juego erótico que para hacer cosquillas)...
Piloto automático
Sin embargo, lo que para algunos es una experiencia casi orgásmica, para otros resulta incluso incómodo. Es lo que les ocurre a algunas parejas con el sexo oral. Las cosquillas en ciertos casos llevan a consultar a los sexólogos, porque, al practicarlo, se ven incapaces de soportar semejantes caricias. «Como siempre, no somos iguales y esa sensación que se experimenta en algunas partes del cuerpo cuando son ligeramente tocadas puede producir una conmoción desagradable para algunas de ellas», enfatiza el secretario de la FESS.
Por su parte, la terapeuta sexual y psicóloga estadounidense, Linda de Villers aclara que el esfuerzo por estimular al compañero o compañera no siempre viene acompañado de una respuesta positiva y automática. «Según mi experiencia profesional, se convierte más en un problema durante el sexo. No funciona como un interruptor mágico del deseo. No obstante, lo que sí se puede recomendar es que las utilicen como fase inicial y que las dejen al margen en el momento de comenzar la actividad sexual».
Si al probar no funciona como despertador del deseo, al menos puede resultar gracioso. «No cabe duda de que el sentido del humor es muy buen aliado para el disfrute sexual. De hecho, se utiliza como atractivo personal y puede servir de elemento moderador en las relaciones de pareja. Cuando el sexo es divertido y nuestra actitud positiva, dejamos de lado inseguridades y pensamientos que nos generan malestar», concluye Cueto.
http://www.larazon.es/noticia/3119-cosquillas-si-pero-antes-del-sexo
El padre de los 'sex-shops' en China celebra la mayoría de edad de su proyecto
El padre de los 'sex-shops' en China celebra la mayoría de edad de su proyecto
Fue pionero al abrir, hace 18 años, un 'sex-shop' en China, pero a pesar de los grandes obstáculos que tuvo que superar para cumplir su sueño, Wen Jingfeng, de 53 años, ve con modestia su labor, asegurando en una entrevista fe que no se considera un héroe.
Según Wen, sus productos pueden "terminar con los problemas conyugales en cuanto a las relaciones sexuales"
Agencia EFE
Ahora los 'sex shops' en China se multiplican, pero hace dieciocho años la mentalidad de sus ciudadanos no tenía nada que ver con la de hoy en día, ha afirmado Wen Jingfeng, fundador del negocio pionero.
Llegaron a tildar el local de 'tienda pornográfica, para prostitutas o para enfermos mentales'.
Las mujeres, por tanto, son las que deberían acudir más a los 'sex-shop', pero su timidez y la falta de conocimiento impiden su consumo
Al hacer memoria y recordar los días previos a la apertura del establecimiento, que causó gran revuelo en 1993, Wen aseguró que la mentalidad china de entonces no tenía nada que ver con la de hoy en día.
'En aquella época la mentalidad era mucho más conservadora. Si vemos las noticias que se publicaron entonces podemos ver la realidad de un país muy cerrado. Cuando abrimos vinieron muchos medios y curiosos día tras día', apuntó Wen.
La apertura del 'Centro de Salud Adán y Eva', que significó la derrota de los tabúes que impedían hablar y hasta pensar en la posibilidad de usar productos sexuales, respondió al espíritu de reforma que el gigante asiático inició en 1978, que hasta liberó un poco más los términos amorosos en su idioma.
Según Wen, el apoyo del Gobierno fue 'crucial' para poder abrir el local, ya que, sin esa ayuda, 'nunca se habría conseguido dar un paso tan importante'.
La China tradicional, que no solía hablar de sexo, recibió su primer 'sex-shop' con bastante curiosidad, pero también con muchas críticas y descalificaciones que llegaron a tildar el local de 'tienda pornográfica, para prostitutas o para enfermos mentales'.
A Wen Jingfeng no solo le fue difícil conseguir que le alquilasen un lugar para abrir su tienda, sino que también tuvo que esperar varias semanas para que ubicaran adecuadamente sus productos dentro de la categoría de salud y para que el primer cliente se asomara por su tienda.
Hoy son miles los 'sex-shops' en China. Sin embargo, como bien explica el especialista en sexología Ma Xiaonian, la mentalidad china con respecto al sexo aún no ha madurado y se sigue pensando que muchos de los problemas de parejas que surgen por insatisfacción sexual son causados por la falta de amor.
A este respecto también se refirió Wen, quien aseguró que sus artículos pueden 'ayudar en gran medida a las parejas' y terminar con 'los problemas conyugales en cuanto a las relaciones sexuales'.
Según el doctor Ma, las mujeres son las que por lo general necesitan utilizar más los productos sexuales, ya que los varones 'son más imaginativos y tienen mayor capacidad para satisfacerse sexualmente'.
Las mujeres, por tanto, son las que deberían acudir más a los 'sex-shop', pero su timidez y la falta de conocimiento impiden su consumo, señala Ma.
En el caso de los varones, señala, el principal problema es la tendencia de muchos a no usar preservativos (para tener una mejor sensación a la hora de tener relaciones), una de las principales razones por las que el porcentaje de enfermos de sida contagiados por vía sexual ha aumentado en China.
Asimismo, Ma declaró que la falta de educación sexual en los estudiantes de secundaria es algo que debería mejorarse si el Gobierno chino quiere lograr una verdadera armonía en su sociedad.
Armonía que empieza, según hizo hincapié, en la familia y en sus relaciones conyugales, cuyo equilibrio, muchas veces, 'se logra mantener gracias al apoyo de los productos sexuales'.
Sobre la importancia de la educación y el futuro también habló el dueño del 'Centro de Salud Adán y Eva', quien afirmó que, hoy en día, 'el mercado es mucho mejor que hace años, ya que hay más oferta y calidad', al tiempo que deseó que, en poco tiempo, 'todo el mundo vea el sexo como algo normal'.
http://noticias.terra.es/2011/genteycultura/0221/actualidad/pionero-de-los-sex-shops-en-china-celebra-la-mayoria-de-edad-de-su-proyecto.aspx
Fue pionero al abrir, hace 18 años, un 'sex-shop' en China, pero a pesar de los grandes obstáculos que tuvo que superar para cumplir su sueño, Wen Jingfeng, de 53 años, ve con modestia su labor, asegurando en una entrevista fe que no se considera un héroe.
Según Wen, sus productos pueden "terminar con los problemas conyugales en cuanto a las relaciones sexuales"
Agencia EFE
Ahora los 'sex shops' en China se multiplican, pero hace dieciocho años la mentalidad de sus ciudadanos no tenía nada que ver con la de hoy en día, ha afirmado Wen Jingfeng, fundador del negocio pionero.
Llegaron a tildar el local de 'tienda pornográfica, para prostitutas o para enfermos mentales'.
Las mujeres, por tanto, son las que deberían acudir más a los 'sex-shop', pero su timidez y la falta de conocimiento impiden su consumo
Al hacer memoria y recordar los días previos a la apertura del establecimiento, que causó gran revuelo en 1993, Wen aseguró que la mentalidad china de entonces no tenía nada que ver con la de hoy en día.
'En aquella época la mentalidad era mucho más conservadora. Si vemos las noticias que se publicaron entonces podemos ver la realidad de un país muy cerrado. Cuando abrimos vinieron muchos medios y curiosos día tras día', apuntó Wen.
La apertura del 'Centro de Salud Adán y Eva', que significó la derrota de los tabúes que impedían hablar y hasta pensar en la posibilidad de usar productos sexuales, respondió al espíritu de reforma que el gigante asiático inició en 1978, que hasta liberó un poco más los términos amorosos en su idioma.
Según Wen, el apoyo del Gobierno fue 'crucial' para poder abrir el local, ya que, sin esa ayuda, 'nunca se habría conseguido dar un paso tan importante'.
La China tradicional, que no solía hablar de sexo, recibió su primer 'sex-shop' con bastante curiosidad, pero también con muchas críticas y descalificaciones que llegaron a tildar el local de 'tienda pornográfica, para prostitutas o para enfermos mentales'.
A Wen Jingfeng no solo le fue difícil conseguir que le alquilasen un lugar para abrir su tienda, sino que también tuvo que esperar varias semanas para que ubicaran adecuadamente sus productos dentro de la categoría de salud y para que el primer cliente se asomara por su tienda.
Hoy son miles los 'sex-shops' en China. Sin embargo, como bien explica el especialista en sexología Ma Xiaonian, la mentalidad china con respecto al sexo aún no ha madurado y se sigue pensando que muchos de los problemas de parejas que surgen por insatisfacción sexual son causados por la falta de amor.
A este respecto también se refirió Wen, quien aseguró que sus artículos pueden 'ayudar en gran medida a las parejas' y terminar con 'los problemas conyugales en cuanto a las relaciones sexuales'.
Según el doctor Ma, las mujeres son las que por lo general necesitan utilizar más los productos sexuales, ya que los varones 'son más imaginativos y tienen mayor capacidad para satisfacerse sexualmente'.
Las mujeres, por tanto, son las que deberían acudir más a los 'sex-shop', pero su timidez y la falta de conocimiento impiden su consumo, señala Ma.
En el caso de los varones, señala, el principal problema es la tendencia de muchos a no usar preservativos (para tener una mejor sensación a la hora de tener relaciones), una de las principales razones por las que el porcentaje de enfermos de sida contagiados por vía sexual ha aumentado en China.
Asimismo, Ma declaró que la falta de educación sexual en los estudiantes de secundaria es algo que debería mejorarse si el Gobierno chino quiere lograr una verdadera armonía en su sociedad.
Armonía que empieza, según hizo hincapié, en la familia y en sus relaciones conyugales, cuyo equilibrio, muchas veces, 'se logra mantener gracias al apoyo de los productos sexuales'.
Sobre la importancia de la educación y el futuro también habló el dueño del 'Centro de Salud Adán y Eva', quien afirmó que, hoy en día, 'el mercado es mucho mejor que hace años, ya que hay más oferta y calidad', al tiempo que deseó que, en poco tiempo, 'todo el mundo vea el sexo como algo normal'.
http://noticias.terra.es/2011/genteycultura/0221/actualidad/pionero-de-los-sex-shops-en-china-celebra-la-mayoria-de-edad-de-su-proyecto.aspx
Orgasmos simultáneos
Orgasmos simultáneos
La obsesión por alcanzar juntos el clímax, a veces es enemiga del placer, una frustración que acaba por minar tanto a hombres como a mujeres
5 Marzo 11 - - Silvia C. Carpallo
María y Juan se meten en la cama, se buscan, se encuentran, pero en mente, sólo tienen una idea, llegar juntos al climax. El orgasmo simultáneo se ha convertido en la meta de muchas carreras de las parejas españolas. Una meta a la que no es fácil llegar, y que muchas veces, consigue hacer que los corredores se olviden de disfrutar del camino.
Se trata de una doble obsesión, encontrar el sumo placer sexual, y conseguir el vínculo de máxima unión emocional, sobre todo en el caso femenino. Pero la realidad es que todas estas ideas no van más allá de ser un simple mito. Porque el placer no sólo se esconde en esta experiencia, la cual en realidad ha conseguido frustrar, tensionar, e incluso crear dificultades sexuales a muchos hombres y mujeres.
«El mito de la simultaneidad o sincronización del orgasmo se ha creado a lo largo del último siglo y repetido en las novelas románticas e historias eróticas». Así es como Faustino R. Pérez, catedrático de ginecología de la Universidad de Zaragoza, comienza su explicación, a la que añade que «ese objetivo de llegar al mismo tiempo, genera una gran carga de frustración por la dificultad de conseguir el mismo grado de excitación por las diferencias anatómicas y umbral de sensibilidad entre ellos y ellas».
Según el experto, la sexualidad a lo largo de los últimos años ha evolucionado, y ya «se admiten otros modelos de sexualidad abiertos o circulares». Al respecto de estos patrones, destaca las teorías e investigaciones de Rosemary Basson, que «ha propuesto un modelo más acorde con la realidad femenina que incorpora aspectos emocionales íntimos, estímulos sexuales y satisfacción de la relación».
Frustración innecesaria
«En nuestra cultura, para muchas personas, este orgasmo resulta una verdadera obsesión, para ellos no existe otra meta. He tenido a algunas personas perseguidas por este mito, y creo que algunos supuestos sexólogos, en conjunto con algunos medios de comunicación, mitificaron erróneamente al ansiado orgasmo simultáneo», afirma Manuel Lucas Matheu, presidente de la Sociedad Española de Intervención en Sexología (SEIS). Por otra parte, el experto acuña una reflexión basada en su propia experiencia personal, «yo he experimentado el orgasmo simultáneo, y no es mucho mejor para mí, que disfrutar del propio y del de mi pareja por separado, ¡dos veces!».
Por norma general, suele ser el hombre quien, con el propósito de alcanzar el éxtasis paralelo, «espera» a la mujer, lo que convierte a veces la experiencia sexual en una carrera de fondo más que en un momento de disfrute. Por su parte, en la mujer, se genera más ansiedad, puesto que siente que defrauda igualmente a su pareja al no poder llevar un mismo ritmo. «No es infrecuente que mujeres que han tenido relaciones sexuales con diferentes personas, en ocasiones logran a partir de los 40 años sincronizar sus orgasmos. Ese malentendido del orgasmo simultáneo crea ansiedad y frustración, especialmente entre las mujeres que llegan a pensar que tienen alguna alteración, cuando la anomalía puede ser causada por una deficiente técnica, o problemas en el varón como la eyaculación precoz, la disfunción eréctil...», incide Pérez.
Si bien, llegar juntos al orgasmo, no debe ser el objetivo último de la relación sexual, si es cierto que hay otros modos algo menos complejos para alcanzarlo, como puede ser la masturbación conjunta, en vez de la penetración. De esta forma es más fácil buscar los puntos de placer de la pareja, y adecuar los ritmos a las necesidades de cada uno de los miembros de la pareja. «Las técnicas de masturbación mutua pueden contribuir al control del orgasmo, pueden ser aprendidas, y pueden permitir el orgasmo simultáneo. En estos casos debe haber un consenso sobre su desarrollo y forma., y el aprendizaje puede ayudar al control mental de la interacción sexual», apunta el catedrático de ginecología, que igualmente aclara que esta técnica no tiene porqué proporcionar el orgasmo simultáneo como norma.
http://www.larazon.es/noticia/3211-orgasmos-simultaneos
La obsesión por alcanzar juntos el clímax, a veces es enemiga del placer, una frustración que acaba por minar tanto a hombres como a mujeres
5 Marzo 11 - - Silvia C. Carpallo
María y Juan se meten en la cama, se buscan, se encuentran, pero en mente, sólo tienen una idea, llegar juntos al climax. El orgasmo simultáneo se ha convertido en la meta de muchas carreras de las parejas españolas. Una meta a la que no es fácil llegar, y que muchas veces, consigue hacer que los corredores se olviden de disfrutar del camino.
Se trata de una doble obsesión, encontrar el sumo placer sexual, y conseguir el vínculo de máxima unión emocional, sobre todo en el caso femenino. Pero la realidad es que todas estas ideas no van más allá de ser un simple mito. Porque el placer no sólo se esconde en esta experiencia, la cual en realidad ha conseguido frustrar, tensionar, e incluso crear dificultades sexuales a muchos hombres y mujeres.
«El mito de la simultaneidad o sincronización del orgasmo se ha creado a lo largo del último siglo y repetido en las novelas románticas e historias eróticas». Así es como Faustino R. Pérez, catedrático de ginecología de la Universidad de Zaragoza, comienza su explicación, a la que añade que «ese objetivo de llegar al mismo tiempo, genera una gran carga de frustración por la dificultad de conseguir el mismo grado de excitación por las diferencias anatómicas y umbral de sensibilidad entre ellos y ellas».
Según el experto, la sexualidad a lo largo de los últimos años ha evolucionado, y ya «se admiten otros modelos de sexualidad abiertos o circulares». Al respecto de estos patrones, destaca las teorías e investigaciones de Rosemary Basson, que «ha propuesto un modelo más acorde con la realidad femenina que incorpora aspectos emocionales íntimos, estímulos sexuales y satisfacción de la relación».
Frustración innecesaria
«En nuestra cultura, para muchas personas, este orgasmo resulta una verdadera obsesión, para ellos no existe otra meta. He tenido a algunas personas perseguidas por este mito, y creo que algunos supuestos sexólogos, en conjunto con algunos medios de comunicación, mitificaron erróneamente al ansiado orgasmo simultáneo», afirma Manuel Lucas Matheu, presidente de la Sociedad Española de Intervención en Sexología (SEIS). Por otra parte, el experto acuña una reflexión basada en su propia experiencia personal, «yo he experimentado el orgasmo simultáneo, y no es mucho mejor para mí, que disfrutar del propio y del de mi pareja por separado, ¡dos veces!».
Por norma general, suele ser el hombre quien, con el propósito de alcanzar el éxtasis paralelo, «espera» a la mujer, lo que convierte a veces la experiencia sexual en una carrera de fondo más que en un momento de disfrute. Por su parte, en la mujer, se genera más ansiedad, puesto que siente que defrauda igualmente a su pareja al no poder llevar un mismo ritmo. «No es infrecuente que mujeres que han tenido relaciones sexuales con diferentes personas, en ocasiones logran a partir de los 40 años sincronizar sus orgasmos. Ese malentendido del orgasmo simultáneo crea ansiedad y frustración, especialmente entre las mujeres que llegan a pensar que tienen alguna alteración, cuando la anomalía puede ser causada por una deficiente técnica, o problemas en el varón como la eyaculación precoz, la disfunción eréctil...», incide Pérez.
Si bien, llegar juntos al orgasmo, no debe ser el objetivo último de la relación sexual, si es cierto que hay otros modos algo menos complejos para alcanzarlo, como puede ser la masturbación conjunta, en vez de la penetración. De esta forma es más fácil buscar los puntos de placer de la pareja, y adecuar los ritmos a las necesidades de cada uno de los miembros de la pareja. «Las técnicas de masturbación mutua pueden contribuir al control del orgasmo, pueden ser aprendidas, y pueden permitir el orgasmo simultáneo. En estos casos debe haber un consenso sobre su desarrollo y forma., y el aprendizaje puede ayudar al control mental de la interacción sexual», apunta el catedrático de ginecología, que igualmente aclara que esta técnica no tiene porqué proporcionar el orgasmo simultáneo como norma.
http://www.larazon.es/noticia/3211-orgasmos-simultaneos
Incontinencia causa escape de orina en relaciones sexuales
Incontinencia causa escape de orina en relaciones sexuales
Publicado: 13 Marzo 2011
REDACCIÓN VIDA SANA
Un estudio realizado por la Universidad del Valle demostró que el 81% de las pacientes con incontinencia urinaria tenía escape de orina durante la relación sexual.
La Organización Mundial de la Salud ha reconocido esta enfermedad como un problema de salud con alto y generalizado impacto social, debido a que se calcula que esta condición afecta a 2 de cada 5 mujeres mayores de 35 años.
La incontinencia urinaria afecta la vida cotidiana de las personas de forma significativa y puede restringir muchas actividades físicas y sociales por la incomodidad que genera.
El mismo estudio mostró que más del 50% de personas con incontinencia urinaria no consultan al urólogo y que entre un 30% y 40% evitan abordar este tema por vergüenza.
Algunas pacientes optan por limitarse a las actividades en su hogar, y no vuelven a asistir a ningún evento social. Además el presentar escape de orina durante la actividad sexual ocasiona alteraciones en la autoestima.
“Los estudios que comparan la salud sexual de las mujeres con incontinencia urinaria con quienes no la tienen, muestran como las primeras presentan una disminución marcada en su funcionamiento sexual en todos los aspectos, que incluyen el deseo, la excitación y la satisfacción global”, afirmó el urólogo, Hugo López, miembro de la Sociedad Colombiana de Urología.
Estudios internacionales reportan hasta un 50% de prevalencia de esta enfermedad, aunque el porcentaje de pacientes para los cuales constituye un trastorno es menor al 5%.
“Con la llegada de la menopausia, la incidencia de la incontinencia urinaria femenina aumenta dos veces más que antes de ésta, y en el mundo 2 de cada 5 mujeres mayores de 35 años la padecen. En el caso del sexo mas-culino sucede lo mismo, donde la prevalencia puede alcanzar hasta un 28% en hombres de 90 años”, dijo López.
Tratamientos
Según Mauricio Plata, urólogo de la Fundación Santafé, “existen varias opciones de tratamiento disponibles que pueden ayudar a restaurar el funcionamiento normal de la vejiga.
El entrenamiento de la vejiga es uno de ellos. Consiste en encontrar un patrón de la micción, escape o accidentes que eventualmente ocurran, una vez determinados estos momentos se acudirá a vaciar la vejiga antes de que se puedan desencadenar estos episodios.
Los ejercicios de Kegell son otra posibilidad, además de ser simples para fortalecer los músculos que pueden interrumpir el flujo de orina.
Pero si el problema de incontinencia urinaria es fuerte, se debe acudir a tratamientos con medicaciones orales que ayudan a realizar las contracciones involuntarias del músculo de la vejiga, responsable por la incontinencia.
En casos extremos una posibilidad puede ser la cirugía que puede mejorar o curar la incontinencia si es causada por algún problema como un cambio en la posición de la vejiga o bloqueo debido a una próstata ensanchada.
La posibilidad más novedosa en Colombia demuestra que la aplicación de Botox en pacientes con incontinencia urinaria, es altamente efectiva al lograr controlar la contracción anormal de la vejiga permitiendo que la persona pueda tener mejor calidad de vida.
http://www.eluniversal.com.co/cartagena/vida-sana/incontinencia-causa-escape-de-orina-en-relaciones-sexuales-14109
Publicado: 13 Marzo 2011
REDACCIÓN VIDA SANA
Un estudio realizado por la Universidad del Valle demostró que el 81% de las pacientes con incontinencia urinaria tenía escape de orina durante la relación sexual.
La Organización Mundial de la Salud ha reconocido esta enfermedad como un problema de salud con alto y generalizado impacto social, debido a que se calcula que esta condición afecta a 2 de cada 5 mujeres mayores de 35 años.
La incontinencia urinaria afecta la vida cotidiana de las personas de forma significativa y puede restringir muchas actividades físicas y sociales por la incomodidad que genera.
El mismo estudio mostró que más del 50% de personas con incontinencia urinaria no consultan al urólogo y que entre un 30% y 40% evitan abordar este tema por vergüenza.
Algunas pacientes optan por limitarse a las actividades en su hogar, y no vuelven a asistir a ningún evento social. Además el presentar escape de orina durante la actividad sexual ocasiona alteraciones en la autoestima.
“Los estudios que comparan la salud sexual de las mujeres con incontinencia urinaria con quienes no la tienen, muestran como las primeras presentan una disminución marcada en su funcionamiento sexual en todos los aspectos, que incluyen el deseo, la excitación y la satisfacción global”, afirmó el urólogo, Hugo López, miembro de la Sociedad Colombiana de Urología.
Estudios internacionales reportan hasta un 50% de prevalencia de esta enfermedad, aunque el porcentaje de pacientes para los cuales constituye un trastorno es menor al 5%.
“Con la llegada de la menopausia, la incidencia de la incontinencia urinaria femenina aumenta dos veces más que antes de ésta, y en el mundo 2 de cada 5 mujeres mayores de 35 años la padecen. En el caso del sexo mas-culino sucede lo mismo, donde la prevalencia puede alcanzar hasta un 28% en hombres de 90 años”, dijo López.
Tratamientos
Según Mauricio Plata, urólogo de la Fundación Santafé, “existen varias opciones de tratamiento disponibles que pueden ayudar a restaurar el funcionamiento normal de la vejiga.
El entrenamiento de la vejiga es uno de ellos. Consiste en encontrar un patrón de la micción, escape o accidentes que eventualmente ocurran, una vez determinados estos momentos se acudirá a vaciar la vejiga antes de que se puedan desencadenar estos episodios.
Los ejercicios de Kegell son otra posibilidad, además de ser simples para fortalecer los músculos que pueden interrumpir el flujo de orina.
Pero si el problema de incontinencia urinaria es fuerte, se debe acudir a tratamientos con medicaciones orales que ayudan a realizar las contracciones involuntarias del músculo de la vejiga, responsable por la incontinencia.
En casos extremos una posibilidad puede ser la cirugía que puede mejorar o curar la incontinencia si es causada por algún problema como un cambio en la posición de la vejiga o bloqueo debido a una próstata ensanchada.
La posibilidad más novedosa en Colombia demuestra que la aplicación de Botox en pacientes con incontinencia urinaria, es altamente efectiva al lograr controlar la contracción anormal de la vejiga permitiendo que la persona pueda tener mejor calidad de vida.
http://www.eluniversal.com.co/cartagena/vida-sana/incontinencia-causa-escape-de-orina-en-relaciones-sexuales-14109
Heterosexualidad, homofobia y heteronormatividad
18 DE MARZO DE 2011
Heterosexualidad, homofobia y heteronormatividad
Por Felipe Rivas. ¿Por qué si en otras épocas la manera en que se apreció la sexualidad y afectividad entre personas homosexuales pasó desde la indiferencia hasta la exaltación, ahora eso constituye uno de los grados más altos de indignidad?
Redacción Anodis
“La primera Ola del movimiento Homosexual surgida en Alemania a fines del siglo XIX, fue aplastada por completo bajo el régimen de Hitler. Se estima que alrededor de 600 mil personas homosexuales murieron en los campos de concentración nazis. Sin embargo, la historia no ha dado cuenta de manera suficiente de este horrendo genocidio.
Según informes del MUMS, desde el año 2002 en Chile, cerca de 45 personas han sido asesinadas debido a su orientación sexual. En los liceos chilenos, chicas lesbianas han denunciado ser objeto de persecución por parte de autoridades e inspectores que las mantienen bajo fuerte vigilancia, además de ser denunciadas como lesbianas a sus padres. Muchas han sido expulsadas de sus liceos.
El espacio familiar y escolar se ha convertido en los lugares de mayor peligro para jóvenes lesbianas, gays y trans. En Buenos Aires, el año pasado, el asesinato de una travesti fue objeto de gran indignación internacional, luego de que las imágenes de su cuerpo mutilado y ensangrentado sobre el pavimento, dieran la vuelta al mundo.
Las travestis que ejercen la prostitución callejera son uno de los grupos más vulnerables a la violencia social. En mayo de 2005, la Corte Suprema de Chile, decidió quitar la tuición de sus hijas a Karen Atala, argumentando que al declarar públicamente su lesbianismo y convivir con otra mujer, había puesto primero sus intereses personales, por sobre los de sus hijas. Karen Atala, al no encontrar justicia al interior de las instituciones nacionales, ha debido recurrir a instancias internacionales y el caso tiene a Chile al borde de ser sancionado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
En toda la historia educacional de Chile, hasta mediados de 2003, no se tiene registro de ninguna travesti que haya ingresado a la Universidad. Recién ese año, Bianca Bustos, activista trans chilena, logró ingresar a estudiar Derecho en la Universidad Arcis ; problemas económicos y personales, la obligaron a dejar la Universidad un año después.
En EU, se estima que cerca del 50% de los jóvenes indigentes, pertenecen a la población lesbiana, gay, travesti o transgénero. Las constantes y sistemáticas situaciones de discriminación que sufren los y las jóvenes lesbianas, gays y trans, en el ámbito educacional, familiar y social, afectan tanto su acceso, permanencia y rendimiento en el sistema educativo, junto con sus posibilidades y perspectivas de vida. A pesar de que los casos de expulsión homofóbica han sido conocidos públicamente por los medios de comunicación, ningún sector social, ni siquiera los grupos más progresistas del movimiento estudiantil nacional, han logrado asumir que las variables socioeconómicas no son los únicos elementos que intervienen en el acceso y permanencia de las personas en las instituciones de educación.
Pero, ¿por qué tanto odio? A veces, la urgencia de contrarrestar esas situaciones de vulneración y violencia, impiden buscar las respuestas a ciertas preguntas fundamentales: ¿cómo es que el Occidente moderno ha puesto tanto énfasis en controlar, violar, excluir, golpear, dejar sin derechos, criminalizar desde el Estado, aplicar tratamientos, patologizar, estudiar, intervenir quirúrgicamente y estereotipar a las personas que establecen relaciones afectivas y sexuales con otras de su mismo sexo (homosexuales y lesbianas), a las que nacen con órganos genitales que no pueden ser distinguidos como masculinos o femeninos (intersexuales) y a las personas que desean o han optado cambiar su sexo o su género (transexuales y transgéneros)?
¿Por qué si en otras épocas y lugares la manera en que se aprecia o apreció la sexualidad y afectividad entre personas del mismo sexo ha pasado desde la indiferencia hasta la exaltación, aquí y ahora eso constituye uno de los grados más altos de indignidad personal? ¿Cómo es que el sexo reproductivo y la afectividad entre personas de distinto sexo, es decir, la “heterosexualidad”, ha llegado a ser considerado como la Norma Social , con la consecuente exclusión de todas las otras formas de expresión del sexo, la afectividad, el deseo y el placer?
Genealogía de la Heterosexualidad
La palabra “heterosexual” tiene una genealogía extraña y contradictoria. Interesantes estudios, han cifrado su surgimiento en 1892, en una revista científica de medicina. En un sentido absolutamente distinto al que se tiene en la actualidad, el término significó originalmente una patología definida como: “la atracción sexual patológica por ambos sexos”. Posteriormente fue empleado para designar “la atracción sexual excesiva y mórbida por el sexo opuesto”. Y recién en 1934, la palabra se utilizó en su significado actual, esto es: “pasión sexual por alguien del sexo opuesto; o sexualidad normal”.
El establishment médico, influenciado hacia fines del siglo XIX y principios del XX por el pensamiento de Krafft-Ebing y Freud, clamó por su hegemonía sobre los asuntos sexuales, por sobre cualquier otra disciplina del saber, como el de la Iglesia o la filosofía. Así, la discusión sobre el sexo se transformó desde lo relativo a lo “natural” y lo “moral” propio del periodo de hegemonía teológico, a lo que era considerable a partir de las ideas de “normal” o “sano” propios de la nueva hegemonía científica.
Jonathan Katz, en su libro “El origen de la Heterosexualidad”, señala que es en las décadas posteriores a los años treinta, que el concepto de “heterosexual” se comienza a validar en los medios de comunicación masivos, como el término que significa a la “sexualidad normal”.
Según Foucault, el siglo XIX trajo consigo una intensificación de los discursos sobre el sexo, en el marco de las incipientes ciencias sobre el ser humano. La psicología, la psiquiatría, ciertas ramas nuevas de la medicina y parte de las nuevas ciencias sociales, se abocarían a medir, cartografiar, catalogar, investigar, examinar e interrogar a los seres humanos, a sus cuerpos, sus prácticas y sus mentes, para encontrar la “verdad sobre su sexo”. La novedosa idea de “orientación sexual”, entendida ahora como una manifestación interna de los seres humanos, inmanente e inherente a ellos y a través de la cual podían explicarse diferentes aspectos de la personalidad del sujeto, propuso una nueva forma de entender el sexo y el deseo.
En este momento surge el “homosexual”, como un nuevo personaje del siglo XIX. Antes, la idea de sodomía cristiana, apenas había logrado conceptualizar aquello como una práctica, un simple acto que cualquiera podía cometer si se dejaba llevar por el desenfreno erótico y se alejaba de los límites de la sexualidad aceptada, como lo era la sexualidad reproductiva, al interior del matrimonio. Esto hizo que el término “sodomía”, implicara durante muchos años, no sólo las relaciones sexuales entre hombres, sino todos los actos sexuales que no tenían por fin la reproducción.
Nombrar para patologizar, controlar y reprimir. Así se puede resumir la sentencia foucaultiana de este singular proceso de emergencia de las “orientaciones sexuales” a fines del 19. Sin embargo, parece muy extraño cómo en este proceso también la “norma” adquiere un nombre propio. Y parece extraño, porque a pesar que el binomio “heterosexual/homosexual” pudiera a simple vista ser pensado como la expresión equivalente de dos formas de la sexualidad, diferentes pero igualmente valoradas, lo cierto es que la heterosexualidad no ha sido nunca planteada como un equivalente de la homosexualidad, aún cuando su expresión lingüística exprese una fingida neutralidad.
Y parece extraño también porque en realidad lo “normal” o lo “natural” nunca ha requerido un nombre propio, sobretodo en el momento que ambos (normal y natural) se han superpuesto estratégicamente a la compleja idea de “lo universal”. Hablar de heterosexualidad-homosexualidad, como lo hizo la medicina y la psiquiatría, invisibiliza la relación verdadera que existe entre ambos términos. La Heterosexualidad es lo que se piensa general, normal, natural y universal, hegemónicamente construido. La homosexualidad es lo otro, lo enfermo, lo anormal, lo particular.
La heterosexualidad no es sólo una forma posible de la sexualidad. Lo cierto es que la Heterosexualidad es la Norma. Antes de ser denominada como tal, lo que la heterosexualidad ha pretendido significar, ya era entendido como lo normal, lo sano, pero también como lo moral y lo natural. En realidad, cuestiones como natural, sano, moral y normal se superponen a la hora de justificar la supremacía de la heterosexualidad por sobre todas las otras formas de expresión del deseo y la identidad sexual de los seres humanos. Sin lugar a dudas, la idea de sexo relegado a la reproducción y penalización de las prácticas no reproductivas, sindicadas como sodomía por la teología medieval, se superpuso pero a la vez se transformó en una nueva forma de poder a la luz de las nuevas prácticas de las ciencias médicas.
La heterosexualidad como la Norma, o más bien la Heteronorma, ha sido teorizada desde los sectores del feminismo y la crítica queer e implica no sólo la supremacía de la heterosexualidad sobre las otras sexualidades, sino una serie de cuestiones anexas que se interrelacionan de manera directa y compleja a esta supremacía heterosexual. Monique Wittig definió la heterosexualidad ya no como una sexualidad particular sino como un régimen político. Un régimen que administra los cuerpos, sus usos, caracteriza ciertas zonas de éste como “órganos sexuales”, encasilla en un sexo determinado, otorga un género correspondiente y normaliza el deseo respectivo.
“El pensamiento heterosexual –señala Wittig- no puede concebir una cultura, una sociedad donde la heterosexualidad no ordene no sólo todas las relaciones humanas, sino también la misma producción de conceptos e inclusive los procesos que escapan a la conciencia… los discursos de la heterosexualidad nos oprimen en el sentido que no nos dejan hablar a menos que hablemos en sus términos… Hombre y Mujer son conceptos políticos de oposición… esto significa que para nosotras y nosotros ya no puede haber mujeres y hombres, y que como clases y categorías de pensamiento o lenguajes tienen que desaparecer política, económica e ideológicamente.”
Si bien Wittig mantiene el término “Heterosexualidad”, modifica radicalmente su significado, resemantizándolo y aproximándose a lo que posteriormente será definido como “Heteronormatividad”.
La heteronormatividad, por tanto es un régimen político que funciona a través de distintos mecanismos de poder represivos pero sobretodo productivos, para controlar nuestros cuerpos. Sólo dentro de la matriz heteronormativa adquieren coherencia e inteligibilidad los cuerpos en cuanto cuerpos sexuados, limitados al binomio hombre-mujer. Sólo esas dos categorías han sido estructuradas como las categorías posibles para definir el sexo, a partir principalmente de criterios anatómico-estéticos. Cuando una persona nace, inmediatamente operan estos procesos de adecuación a una de las categorías disponibles: ¿es niño o niña?. El cuerpo, fragmentado en órganos, será a su vez jerarquizado a tal punto que sólo un cierto tipo de zonas (los denominados “órganos sexuales”), con independencia de cualquier otro criterio, nos dirá la verdad del sujeto. Es una niña. A partir de criterios estéticos y anatómicos, se elaborará una simple frase, pero con consecuencias tremendas para la vida de las personas.
Cuando una persona nace y no es posible a partir del examen estético asignarla a una de estas dos categorías, esto es, a las personas intersexuales o conocidas comúnmente como “hermafroditas” que poseen genitales que no se corresponden con las normas anatómicas, se le aplican una serie de tecnologías que tienen por finalidad la asignación del niño al sexo anatómico considerado “natural”. Las cirugías a la que son sometidos los niños y niñas intersexuales cuando nacen, lógicamente sin su consentimiento y la mayoría de las veces sin entregar toda la información a los padres, los dejan con secuelas permanentes, tales como cicatrices, imposibilidad reproductiva e incapacidad de experimentar placer genital. Las operaciones, lejos de lograr su objetivo, han generado un daño enorme en la vida de cientos de personas. El movimiento internacional de personas intersexuales, ha demandado la modificación de los protocolos médicos con el fin de eliminar las cirugías infantiles y esperar a que los niños tengan edad suficiente para decidir de manera informada lo que quieran hacer con su cuerpo.
Luego que la asignación del sexo anatómico ha sido satisfactoria, la diferencia sexual se estabiliza a través del pack cultural que acompaña a cada sexo. Esto, se ha conocido desde hace algunas décadas como “género” y consiste en resumidas cuentas en una serie de elementos que estructuran desde la manera de vestirse de las personas, hasta la forma de ser, sus gustos, su personalidad, sus expectativas de vida y por supuesto las relaciones de poder asimétricas que se dan entre ambos sexos.
Los dos términos del binomio “hombre masculino” y “mujer femenina” se entienden como opuestos y complementarios y están llamados a atraerse para constituir la institución de la “pareja” consagrada en el matrimonio, como la expresión máxima del amor. A esta atracción se le ha denominado “heterosexualidad” y se entiende al mismo tiempo y de maneras confusamente superpuestas como lo “natural”, normal, sano, moral, bueno, correcto, universal, etc. Instituciones tales como la familia y la escuela están diseñadas también para reproducir estos ideales normativos y detectar, mantener a raya y corregir cualquier posibilidad de desviación de las normas.
La heteronormatividad fija las prácticas sexuales en identidades sexuales esencializadas y ontológicas. Además, garantiza la estabilidad del sujeto heterosexual a partir de la exclusión radical del abyecto (lesbianas, maricones, tortilleras, travestis, transexuales, sadomasoquistas, etc.). Por lo tanto, la exclusión y desprecio por las sexualidades no normativizadas, común y erróneamente denominada “homofobia”, no corresponde a casos aislados de sujetos singulares, sino a una característica fundante del orden heterocentrado. La violencia, el odio, la exclusión, la invisibilización, el sometimiento a investigaciones e interrogatorios médicos y psiquiátricos y el menosprecio de las demandas, son parte constitutiva de la norma heterosexual.
La homofobia, no debe ser entendida entonces como una “enfermedad” de ciertas personas singulares. La violencia no es “anormal” al sistema, sino el resultado mismo de actuar “en la norma”.
La función “metacultural” de la categoría de “heterosexualidad” ha imposibilitado el trabajo de la teoría, constituyéndose en algo “no tematizable”, ni posible de ser revisado bajo un análisis crítico. Es un hecho sintomático que las ciencias sociales no se hayan percatado aún que la Heterosexualidad no existió siempre de la manera que la entendemos hoy, (y esto no sólo es una cuestión terminológica), y que la manera de valorar las relaciones sexuales reproductivas, y la afectividad entre personas de distinto sexo no ha sido la misma a través de los siglos. La pregunta de “¿porqué nuestra cultura a diferencia de otras instituyó a la sexualidad reproductiva de tales características y a la vez excluyó con tal ferocidad las otras sexualidades? No es una pregunta posible de ser realizada, dentro de los límites de inteligibilidad de las ciencias actuales.
En cambio, las sexualidades que el sistema heteronormativo a la vez produjo como tales y luego excluyó del ámbito de la legitimidad, son objeto del más apasionado estudio por parte de las diferentes disciplinas del saber, con el fin de averiguar lo mayor posible sobre su verdad. Excluidas, discriminadas, exhibidas pero al mismo tiempo invisibilizadas y convertidas en objeto de estudio, las distintas expresiones del sexo, la afectividad y el deseo que no se corresponden con la norma heterosexual han sido impedidas de articular una voz propia. La mayoría de las veces en el contexto del interrogatorio médico, ha sido el único lugar donde se las ha podido escuchar, para responder a las preguntas compulsivas de la psiquiatría y la medicina. En el mejor de los casos han logrado organizarse, pero simplemente para pedir una cierta cantidad de derechos, reivindicaciones de mayor tolerancia e integración al mismo sistema que nos produjo y nos excluye.
Hoy, las tortilleras, los maricones, los y las trans, comienzan a articular un discurso propio, crítico, incipiente y aún precario, que va más allá de la simple demanda de derechos y reivindicaciones. Dejar de ser los objetos de estudio, para constituirnos en agentes de nuestro propio discurso, vale más que cualquier ley que se pueda aprobar. Y lo que empezamos a balbucear de maneras disonantes y entrecortadas, puede servirnos no sólo a nosotros, sino a toda la sociedad.
Termino con una cita de Pedro Lemebel:
“La loca deconstruye eso, la loca hace el quiebre, hace la fisura, se cuestiona, replantea, duda, ironiza (…) es como el cojo. El cojo cuando cojea, se sale de la fila y puede saber en qué está metido.”
http://www.cuds.cl/articulos/1jun07.htm
http://anodis.com/nota/17408.asp
Heterosexualidad, homofobia y heteronormatividad
Por Felipe Rivas. ¿Por qué si en otras épocas la manera en que se apreció la sexualidad y afectividad entre personas homosexuales pasó desde la indiferencia hasta la exaltación, ahora eso constituye uno de los grados más altos de indignidad?
Redacción Anodis
“La primera Ola del movimiento Homosexual surgida en Alemania a fines del siglo XIX, fue aplastada por completo bajo el régimen de Hitler. Se estima que alrededor de 600 mil personas homosexuales murieron en los campos de concentración nazis. Sin embargo, la historia no ha dado cuenta de manera suficiente de este horrendo genocidio.
Según informes del MUMS, desde el año 2002 en Chile, cerca de 45 personas han sido asesinadas debido a su orientación sexual. En los liceos chilenos, chicas lesbianas han denunciado ser objeto de persecución por parte de autoridades e inspectores que las mantienen bajo fuerte vigilancia, además de ser denunciadas como lesbianas a sus padres. Muchas han sido expulsadas de sus liceos.
El espacio familiar y escolar se ha convertido en los lugares de mayor peligro para jóvenes lesbianas, gays y trans. En Buenos Aires, el año pasado, el asesinato de una travesti fue objeto de gran indignación internacional, luego de que las imágenes de su cuerpo mutilado y ensangrentado sobre el pavimento, dieran la vuelta al mundo.
Las travestis que ejercen la prostitución callejera son uno de los grupos más vulnerables a la violencia social. En mayo de 2005, la Corte Suprema de Chile, decidió quitar la tuición de sus hijas a Karen Atala, argumentando que al declarar públicamente su lesbianismo y convivir con otra mujer, había puesto primero sus intereses personales, por sobre los de sus hijas. Karen Atala, al no encontrar justicia al interior de las instituciones nacionales, ha debido recurrir a instancias internacionales y el caso tiene a Chile al borde de ser sancionado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
En toda la historia educacional de Chile, hasta mediados de 2003, no se tiene registro de ninguna travesti que haya ingresado a la Universidad. Recién ese año, Bianca Bustos, activista trans chilena, logró ingresar a estudiar Derecho en la Universidad Arcis ; problemas económicos y personales, la obligaron a dejar la Universidad un año después.
En EU, se estima que cerca del 50% de los jóvenes indigentes, pertenecen a la población lesbiana, gay, travesti o transgénero. Las constantes y sistemáticas situaciones de discriminación que sufren los y las jóvenes lesbianas, gays y trans, en el ámbito educacional, familiar y social, afectan tanto su acceso, permanencia y rendimiento en el sistema educativo, junto con sus posibilidades y perspectivas de vida. A pesar de que los casos de expulsión homofóbica han sido conocidos públicamente por los medios de comunicación, ningún sector social, ni siquiera los grupos más progresistas del movimiento estudiantil nacional, han logrado asumir que las variables socioeconómicas no son los únicos elementos que intervienen en el acceso y permanencia de las personas en las instituciones de educación.
Pero, ¿por qué tanto odio? A veces, la urgencia de contrarrestar esas situaciones de vulneración y violencia, impiden buscar las respuestas a ciertas preguntas fundamentales: ¿cómo es que el Occidente moderno ha puesto tanto énfasis en controlar, violar, excluir, golpear, dejar sin derechos, criminalizar desde el Estado, aplicar tratamientos, patologizar, estudiar, intervenir quirúrgicamente y estereotipar a las personas que establecen relaciones afectivas y sexuales con otras de su mismo sexo (homosexuales y lesbianas), a las que nacen con órganos genitales que no pueden ser distinguidos como masculinos o femeninos (intersexuales) y a las personas que desean o han optado cambiar su sexo o su género (transexuales y transgéneros)?
¿Por qué si en otras épocas y lugares la manera en que se aprecia o apreció la sexualidad y afectividad entre personas del mismo sexo ha pasado desde la indiferencia hasta la exaltación, aquí y ahora eso constituye uno de los grados más altos de indignidad personal? ¿Cómo es que el sexo reproductivo y la afectividad entre personas de distinto sexo, es decir, la “heterosexualidad”, ha llegado a ser considerado como la Norma Social , con la consecuente exclusión de todas las otras formas de expresión del sexo, la afectividad, el deseo y el placer?
Genealogía de la Heterosexualidad
La palabra “heterosexual” tiene una genealogía extraña y contradictoria. Interesantes estudios, han cifrado su surgimiento en 1892, en una revista científica de medicina. En un sentido absolutamente distinto al que se tiene en la actualidad, el término significó originalmente una patología definida como: “la atracción sexual patológica por ambos sexos”. Posteriormente fue empleado para designar “la atracción sexual excesiva y mórbida por el sexo opuesto”. Y recién en 1934, la palabra se utilizó en su significado actual, esto es: “pasión sexual por alguien del sexo opuesto; o sexualidad normal”.
El establishment médico, influenciado hacia fines del siglo XIX y principios del XX por el pensamiento de Krafft-Ebing y Freud, clamó por su hegemonía sobre los asuntos sexuales, por sobre cualquier otra disciplina del saber, como el de la Iglesia o la filosofía. Así, la discusión sobre el sexo se transformó desde lo relativo a lo “natural” y lo “moral” propio del periodo de hegemonía teológico, a lo que era considerable a partir de las ideas de “normal” o “sano” propios de la nueva hegemonía científica.
Jonathan Katz, en su libro “El origen de la Heterosexualidad”, señala que es en las décadas posteriores a los años treinta, que el concepto de “heterosexual” se comienza a validar en los medios de comunicación masivos, como el término que significa a la “sexualidad normal”.
Según Foucault, el siglo XIX trajo consigo una intensificación de los discursos sobre el sexo, en el marco de las incipientes ciencias sobre el ser humano. La psicología, la psiquiatría, ciertas ramas nuevas de la medicina y parte de las nuevas ciencias sociales, se abocarían a medir, cartografiar, catalogar, investigar, examinar e interrogar a los seres humanos, a sus cuerpos, sus prácticas y sus mentes, para encontrar la “verdad sobre su sexo”. La novedosa idea de “orientación sexual”, entendida ahora como una manifestación interna de los seres humanos, inmanente e inherente a ellos y a través de la cual podían explicarse diferentes aspectos de la personalidad del sujeto, propuso una nueva forma de entender el sexo y el deseo.
En este momento surge el “homosexual”, como un nuevo personaje del siglo XIX. Antes, la idea de sodomía cristiana, apenas había logrado conceptualizar aquello como una práctica, un simple acto que cualquiera podía cometer si se dejaba llevar por el desenfreno erótico y se alejaba de los límites de la sexualidad aceptada, como lo era la sexualidad reproductiva, al interior del matrimonio. Esto hizo que el término “sodomía”, implicara durante muchos años, no sólo las relaciones sexuales entre hombres, sino todos los actos sexuales que no tenían por fin la reproducción.
Nombrar para patologizar, controlar y reprimir. Así se puede resumir la sentencia foucaultiana de este singular proceso de emergencia de las “orientaciones sexuales” a fines del 19. Sin embargo, parece muy extraño cómo en este proceso también la “norma” adquiere un nombre propio. Y parece extraño, porque a pesar que el binomio “heterosexual/homosexual” pudiera a simple vista ser pensado como la expresión equivalente de dos formas de la sexualidad, diferentes pero igualmente valoradas, lo cierto es que la heterosexualidad no ha sido nunca planteada como un equivalente de la homosexualidad, aún cuando su expresión lingüística exprese una fingida neutralidad.
Y parece extraño también porque en realidad lo “normal” o lo “natural” nunca ha requerido un nombre propio, sobretodo en el momento que ambos (normal y natural) se han superpuesto estratégicamente a la compleja idea de “lo universal”. Hablar de heterosexualidad-homosexualidad, como lo hizo la medicina y la psiquiatría, invisibiliza la relación verdadera que existe entre ambos términos. La Heterosexualidad es lo que se piensa general, normal, natural y universal, hegemónicamente construido. La homosexualidad es lo otro, lo enfermo, lo anormal, lo particular.
La heterosexualidad no es sólo una forma posible de la sexualidad. Lo cierto es que la Heterosexualidad es la Norma. Antes de ser denominada como tal, lo que la heterosexualidad ha pretendido significar, ya era entendido como lo normal, lo sano, pero también como lo moral y lo natural. En realidad, cuestiones como natural, sano, moral y normal se superponen a la hora de justificar la supremacía de la heterosexualidad por sobre todas las otras formas de expresión del deseo y la identidad sexual de los seres humanos. Sin lugar a dudas, la idea de sexo relegado a la reproducción y penalización de las prácticas no reproductivas, sindicadas como sodomía por la teología medieval, se superpuso pero a la vez se transformó en una nueva forma de poder a la luz de las nuevas prácticas de las ciencias médicas.
La heterosexualidad como la Norma, o más bien la Heteronorma, ha sido teorizada desde los sectores del feminismo y la crítica queer e implica no sólo la supremacía de la heterosexualidad sobre las otras sexualidades, sino una serie de cuestiones anexas que se interrelacionan de manera directa y compleja a esta supremacía heterosexual. Monique Wittig definió la heterosexualidad ya no como una sexualidad particular sino como un régimen político. Un régimen que administra los cuerpos, sus usos, caracteriza ciertas zonas de éste como “órganos sexuales”, encasilla en un sexo determinado, otorga un género correspondiente y normaliza el deseo respectivo.
“El pensamiento heterosexual –señala Wittig- no puede concebir una cultura, una sociedad donde la heterosexualidad no ordene no sólo todas las relaciones humanas, sino también la misma producción de conceptos e inclusive los procesos que escapan a la conciencia… los discursos de la heterosexualidad nos oprimen en el sentido que no nos dejan hablar a menos que hablemos en sus términos… Hombre y Mujer son conceptos políticos de oposición… esto significa que para nosotras y nosotros ya no puede haber mujeres y hombres, y que como clases y categorías de pensamiento o lenguajes tienen que desaparecer política, económica e ideológicamente.”
Si bien Wittig mantiene el término “Heterosexualidad”, modifica radicalmente su significado, resemantizándolo y aproximándose a lo que posteriormente será definido como “Heteronormatividad”.
La heteronormatividad, por tanto es un régimen político que funciona a través de distintos mecanismos de poder represivos pero sobretodo productivos, para controlar nuestros cuerpos. Sólo dentro de la matriz heteronormativa adquieren coherencia e inteligibilidad los cuerpos en cuanto cuerpos sexuados, limitados al binomio hombre-mujer. Sólo esas dos categorías han sido estructuradas como las categorías posibles para definir el sexo, a partir principalmente de criterios anatómico-estéticos. Cuando una persona nace, inmediatamente operan estos procesos de adecuación a una de las categorías disponibles: ¿es niño o niña?. El cuerpo, fragmentado en órganos, será a su vez jerarquizado a tal punto que sólo un cierto tipo de zonas (los denominados “órganos sexuales”), con independencia de cualquier otro criterio, nos dirá la verdad del sujeto. Es una niña. A partir de criterios estéticos y anatómicos, se elaborará una simple frase, pero con consecuencias tremendas para la vida de las personas.
Cuando una persona nace y no es posible a partir del examen estético asignarla a una de estas dos categorías, esto es, a las personas intersexuales o conocidas comúnmente como “hermafroditas” que poseen genitales que no se corresponden con las normas anatómicas, se le aplican una serie de tecnologías que tienen por finalidad la asignación del niño al sexo anatómico considerado “natural”. Las cirugías a la que son sometidos los niños y niñas intersexuales cuando nacen, lógicamente sin su consentimiento y la mayoría de las veces sin entregar toda la información a los padres, los dejan con secuelas permanentes, tales como cicatrices, imposibilidad reproductiva e incapacidad de experimentar placer genital. Las operaciones, lejos de lograr su objetivo, han generado un daño enorme en la vida de cientos de personas. El movimiento internacional de personas intersexuales, ha demandado la modificación de los protocolos médicos con el fin de eliminar las cirugías infantiles y esperar a que los niños tengan edad suficiente para decidir de manera informada lo que quieran hacer con su cuerpo.
Luego que la asignación del sexo anatómico ha sido satisfactoria, la diferencia sexual se estabiliza a través del pack cultural que acompaña a cada sexo. Esto, se ha conocido desde hace algunas décadas como “género” y consiste en resumidas cuentas en una serie de elementos que estructuran desde la manera de vestirse de las personas, hasta la forma de ser, sus gustos, su personalidad, sus expectativas de vida y por supuesto las relaciones de poder asimétricas que se dan entre ambos sexos.
Los dos términos del binomio “hombre masculino” y “mujer femenina” se entienden como opuestos y complementarios y están llamados a atraerse para constituir la institución de la “pareja” consagrada en el matrimonio, como la expresión máxima del amor. A esta atracción se le ha denominado “heterosexualidad” y se entiende al mismo tiempo y de maneras confusamente superpuestas como lo “natural”, normal, sano, moral, bueno, correcto, universal, etc. Instituciones tales como la familia y la escuela están diseñadas también para reproducir estos ideales normativos y detectar, mantener a raya y corregir cualquier posibilidad de desviación de las normas.
La heteronormatividad fija las prácticas sexuales en identidades sexuales esencializadas y ontológicas. Además, garantiza la estabilidad del sujeto heterosexual a partir de la exclusión radical del abyecto (lesbianas, maricones, tortilleras, travestis, transexuales, sadomasoquistas, etc.). Por lo tanto, la exclusión y desprecio por las sexualidades no normativizadas, común y erróneamente denominada “homofobia”, no corresponde a casos aislados de sujetos singulares, sino a una característica fundante del orden heterocentrado. La violencia, el odio, la exclusión, la invisibilización, el sometimiento a investigaciones e interrogatorios médicos y psiquiátricos y el menosprecio de las demandas, son parte constitutiva de la norma heterosexual.
La homofobia, no debe ser entendida entonces como una “enfermedad” de ciertas personas singulares. La violencia no es “anormal” al sistema, sino el resultado mismo de actuar “en la norma”.
La función “metacultural” de la categoría de “heterosexualidad” ha imposibilitado el trabajo de la teoría, constituyéndose en algo “no tematizable”, ni posible de ser revisado bajo un análisis crítico. Es un hecho sintomático que las ciencias sociales no se hayan percatado aún que la Heterosexualidad no existió siempre de la manera que la entendemos hoy, (y esto no sólo es una cuestión terminológica), y que la manera de valorar las relaciones sexuales reproductivas, y la afectividad entre personas de distinto sexo no ha sido la misma a través de los siglos. La pregunta de “¿porqué nuestra cultura a diferencia de otras instituyó a la sexualidad reproductiva de tales características y a la vez excluyó con tal ferocidad las otras sexualidades? No es una pregunta posible de ser realizada, dentro de los límites de inteligibilidad de las ciencias actuales.
En cambio, las sexualidades que el sistema heteronormativo a la vez produjo como tales y luego excluyó del ámbito de la legitimidad, son objeto del más apasionado estudio por parte de las diferentes disciplinas del saber, con el fin de averiguar lo mayor posible sobre su verdad. Excluidas, discriminadas, exhibidas pero al mismo tiempo invisibilizadas y convertidas en objeto de estudio, las distintas expresiones del sexo, la afectividad y el deseo que no se corresponden con la norma heterosexual han sido impedidas de articular una voz propia. La mayoría de las veces en el contexto del interrogatorio médico, ha sido el único lugar donde se las ha podido escuchar, para responder a las preguntas compulsivas de la psiquiatría y la medicina. En el mejor de los casos han logrado organizarse, pero simplemente para pedir una cierta cantidad de derechos, reivindicaciones de mayor tolerancia e integración al mismo sistema que nos produjo y nos excluye.
Hoy, las tortilleras, los maricones, los y las trans, comienzan a articular un discurso propio, crítico, incipiente y aún precario, que va más allá de la simple demanda de derechos y reivindicaciones. Dejar de ser los objetos de estudio, para constituirnos en agentes de nuestro propio discurso, vale más que cualquier ley que se pueda aprobar. Y lo que empezamos a balbucear de maneras disonantes y entrecortadas, puede servirnos no sólo a nosotros, sino a toda la sociedad.
Termino con una cita de Pedro Lemebel:
“La loca deconstruye eso, la loca hace el quiebre, hace la fisura, se cuestiona, replantea, duda, ironiza (…) es como el cojo. El cojo cuando cojea, se sale de la fila y puede saber en qué está metido.”
http://www.cuds.cl/articulos/1jun07.htm
http://anodis.com/nota/17408.asp
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