domingo, 6 de fevereiro de 2011

LOS HOMBRES QUE CONSULTAN UN SEXÓLOGO EXIGEN TAL RESERVA QUE PIDEN QUE NO HAYA NINGÚN OTRO PACIENTE EN LA SALA DE ESPERA

LOS HOMBRES QUE CONSULTAN UN SEXÓLOGO EXIGEN TAL RESERVA QUE PIDEN QUE NO HAYA NINGÚN OTRO PACIENTE EN LA SALA DE ESPERA

Doctor Jorge Di Iorio "No existe trastorno sexual que no pueda solucionarse o mejorar"
La centro de tratamiento sexólogico, Androclínica, que dirige el doctor Jorge Di Iorio, recibe 40 llamados diarios de los cuales cuatro se concretan en entrevistas. Los pacientes, además de querer solucionar su problema, exigen la más absoluta privacidad. La impotencia, el tamaño del pene, y la frecuencia de las relaciones son parte de la consulta. Una investigación del sexólogo Gastón Boero determinó que más del 10% de los varones uruguayos en edad reproductiva sufren de impotencia o en algún momento de su vida experimentan alguna dificultad en su erección. En el varón la mejor etapa sexual va de los 30 a los 39 años.

Sexólogo Jorge Di Iorio: "Los hombres saben que es mucho mejor ser un paciente conocido que un impotente anónimo toda la vida".
Se define como impotencia la imposibilidad de obtener o mantener una erección con capacidad de penetrar. El resto de las disfunciones por las que se consulta a médicos especializados son eyaculación precoz severa, eyaculación precoz asociada a la impotencia y libido disminuida.

El nivel de llamados diarios al centro Androclínica (Clínica sexológica) supera los cuarenta, pero sólo el 10% se anima a pedir una cita. En general son las mujeres las que preguntan costos y exponen el problema por teléfono y casi siempre dicen que es para un familiar directo y no para su pareja, comenta su director Jorge Di Iorio.

"El tratamiento es variado y en general se contrarresta con medicamentos vía oral, vasodilatadores específicos, hormonas para combatir la eyaculación precoz y muchas veces se receta la pastilla Viagra y similares. Desde que estos últimos medicamentos han aparecido en el mercado han hecho cada vez menos necesaria la indicación de prótesis peneana".

La indicación de tratamiento quirúrgico es inferior al 1%. No existe trastorno sexual que no pueda solucionarse o mejorar. El tiempo medio estimado de tratamiento ronda los dos meses. Los costos también son relativos pero se estima que un tratamiento completo medio no llega a los mil dólares. Los procedimientos más caros de la especialidad son las operaciones aunque en los últimos años han disminuido notoriamente.

Lo que le obsesiona al paciente, además de la cura, es la confidencialidad absoluta, al punto de solicitar no encontrarse con otra persona en la sala de espera. La mayoría evita asimismo que lo vean entrar o salir de la clínica especialmente las primeras veces. Son pocos los que no manifiestan algún tipo de vergüenza y sólo algunos los que concurren con su pareja

Según la misma estadística del doctor Boero, el hombre uruguayo de treinta años mantiene aproximadamente tres relaciones sexuales cada quince días.

El doctor Di Iorio señaló que si bien el hombre impotente es consciente de que la mayor parte del problema lo tiene él, la mayoría de las veces reclama de la mujer prácticas de sexo oral o anal. En muchos otros casos los varones manifiestan la pérdida de deseo sexual después de varios años de matrimonio. Lo que sigue es parte de la conversación que mantuvimos con el doctor Jorge Di Iorio.

--¿Cuál es la edad más frecuente de los hombres afectados por algún tipo de impotencia?

--No existe una edad determinada ni se puede encasillar por grupos a los pacientes. Aunque le resulte raro la impotencia en nuestro país se da en todas las edades. Un paciente joven que no fuma ni toma y es sano, que expresa que con su pareja estable funciona bien pero con otra mujer pierde la erección, seguramente tenga una impotencia momentánea de orden psicológico.

En un paciente diabético que pasó los sesenta años y tiene además una fibrosis peneana seguramente presente una impotencia orgánica. Aunque no se pueden establecer normas rígidas ya que pueden darse miles de casos diferentes. Según todos los sexólogos del mundo más o menos entre los treinta y treinta y nueve años el varón se encuentra en el mejor momento para disfrutar de su sexualidad ya que ha superado los temores de los inicios y todavía no está en la edad que pueden empezar los problemas.

--¿Cómo influye el tabaco, el alcohol, el colesterol y el estrés en el rendimiento sexual en un hombre sano de edad media?

--Cada paciente es un mundo en el que influye, además de los agentes externos, el estilo de vida en general. El hombre que fuma más de siete cigarrillos por día corre serios riesgos de sufrir impotencia. El colesterol también influye así como el sedentarismo. El alcohol y el estrés también van en contra de un buen rendimiento pero se ven excepciones en hombres que pese a tener una vida desordenada son atletas sexuales y nada de esto les influye. Todo depende de la persona.

--Habitualmente se tilda a los uruguayos de conservadores. ¿Cree que el hombre ha vencido los tabúes para exponer su problemática y confesar su disfunción sexual en el consultorio?

--Sí, mucho más de lo que nosotros esperábamos. El hombre uruguayo hace diez años era menos consumista y más conservador en todos los aspectos.

Cuando consultamos acerca de la idea de instalar una clínica de impotencia los estudios constataron su necesidad. Los hombres saben que es mucho mejor ser un paciente conocido que un impotente anónimo toda la vida.

--¿Cómo es la psicología del hombre impotente?

--Estamos hablando de una psicología compleja. La mayoría de los libros norteamericanos empiezan sus capítulos sobre el tema expresando que el mayor problema de los hombres impotentes no es decidirse a consultar sino admitir que tienen el problema. El segundo gran escollo es ir al médico. Nosotros sabemos que tenemos un número determinado de pacientes o la gente que desea marcar una consulta, lo que no sabemos es cuántos son impotentes y lo ocultan, y cuántos admiten ser impotentes.

--¿Hay que creer cuando un hombre dice: "es la primera vez que me pasa"?

--Sí, claro. Cualquier hombre tiene derecho a no poder. Un hombre no es impotente por no poder mantener una relación sexual una vez. Muchos factores como los que mencioné anteriormente sumado a las tensiones diarias o al cansancio influyen.

Lo importante es lo que pasa habitualmente en la vida sexual de un hombre y no evaluar una situación aislada. Si la falla es reiterativa hay que consultar lo antes posible pero si es aislada tiene que pensar que mañana será otro día y volver a intentarlo.

--¿Por cuánto tiempo cree que una mujer está dispuesta a soportar la impotencia de su pareja?

--Cuando el hombre tiene una difuncion sexual la mujer puede actuar de diferentes formas. El abanico de posibilidades es tan amplio que es imposible hacer algún tipo de estadística.

Hay mujeres que acompañan y apoyan y otras que reclaman o que le expresan al hombre que ya no la excita o que tiene otra pareja.

No se puede calcular cuánto tiempo después que el hombre empiece con problemas se puede deteriorar la relación, lo cierto es que la mayoría de las veces se deteriora. Creo que se perjudica mucho más una relación de pareja en un hombre con eyaculación precoz que una difusión eréctil media con problemas de pérdida de erección.

--¿Qué le manifiestan los hombres en el consultorio? ¿Hablan de sus mujeres...? ¿En qué medida el tipo de sexualidad se relaciona con alguna posible disfunción sexual? ¿Cree que los uruguayos son pacatos en la cama...?

--No creo que el estilo de sexualidad que pueda tener una pareja o la modalidad o costumbres tengan que ver con los problemas que se pueden presentar. Particularmente si se analiza una pareja muy conservadora, represora o con una educación ortodoxa tal vez puede terminar potencializando algún problema psicológico o vascular.

Este dato es sólo particular y no se puede trasladar a ninguna estadística ni estudio formal. No sé si los uruguayos son pacatos. Creo que un hombre de cincuenta años en adelante es más conservador para mantener sus relaciones que los más jóvenes que son más abiertos y modernos.

--¿Hasta qué punto le puede perturbar a un hombre una impotencia severa?

--No es lo mismo un hombre con problemas de erección pero que puede tener una relación normal, del que tiene un trastorno severo y no puede penetrar. No se puede generalizar. Una persona con una sexualidad deteriorada ve deteriorada su vida entera y su autoestima.

El hombre que tiene un problema sexual importante o tiene una disminución del deseo seguramente no se puede concentrar en nada ni siquiera en su trabajo. La afectación de su sexualidad repercute en todos los órdenes.

--¿Qué lugar ocupa la fantasía en un buen desempeño sexual?

--Puede ser muy bueno que un hombre incorpore fantasías con su pareja o con otras mujeres, son como la música y forma parte del enriquecimiento de la vida. Cada pareja tiene un ritmo propio en la cantidad de relaciones por semana. Se sabe, según estudios, que el uruguayo medio de entre los treinta y cuarenta años mantiene aproximadamente tres relaciones sexuales cada quince días.

--¿De qué se quejan los hombres en el consultorio y qué reclaman del universo femenino?

--El paciente que consulta sabe que él es el del problema pero a veces en el contexto de la entrevista se manifiestan algunos conflictos. En general dicen que después de muchos años de matrimonio su pareja ya no los excita como antes, que no están dispuestas a prácticas como sexo oral, y si tienen una nueva pareja a veces el problema es la inseguridad que les genera si es muy avasallante porque los inhibe. Es frecuente que algunas mujeres se quejen de que sus parejas no logran interpretarlas sexualmente.

Hace años la mujer no reclamaba y se conformaba con la sexualidad que planteaba el varón.

Con la liberación femenina los hombres empezaron a consultar porque la mujer empezó a exigir. Nuestras bisabuelas es muy probable que nunca hayan llegado al orgasmo.

En el inicio de siglo XX sólo el diez por ciento de las mujeres llegaban al orgasmo. Actualmente el 5% no llega al orgasmo y hoy es un hecho que está considerado como una patología.

--Uno de los temas que obsesiona a los varones es el tamaño del pene... Ese también es motivo de consulta....

--No es frecuente como motivo primario de consulta pero la preocupación aparece en entrevistas sucesivas. En los pacientes que presentan algún tipo de impotencia generalmente no presentan trastornos de tamaño.

La medida considerada clínicamente normal va entre 11 y 13 centímetros en erección. Lamentablemente hay una gran falta de información e ignorancia al respecto porque estos no son temas en los que los hombres pueden encontrar información fácilmente.

Si bien son temas que muchas veces la mayoría de los hombres pueden tomar en broma, en la intimidad del varón que en algún momento padece algún trastorno resulta perturbador y preocupante. Si buscamos en Internet los datos no son serios sino más bien disparatados. Esto motiva que muchos hombres normales refuercen sus temores y sus conflictos buscando tratamientos inexistentes y casi siempre muy riesgosos en el afán de aumentar el tamaño de su miembro viril.
http://www.larepublica.com.uy/sociedad/44758-doctor-jorge-di-iorio-no-existe-trastorno-sexual-que-no-pueda-solucionarse-omejorar

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