Síndrome de Excitación Sexual Permanente
Se trata de mujeres que se excitan fácilmente y ante cualquier situación, y que puede durar un largo período de tiempo. Sin embargo, este concepto no está aceptado universalmente, y correspondería a lo que antiguamente, en el lenguaje popular, se llamaba “Fiebre Uterina”. Se ha definido como Síndrome de Excitación Sexual Permanente a una excitación genital que aparece de pronto y además es persistente; la cual puede estar o no acompañada de orgasmos. Y al contrario de lo que suele creerse, no estaría relacionado con ningún tipo de deseo sexual.
Sin embargo, a juicio del gineco-obstetra, especialista en sexualidad humana, Dr. Pedro Escudero, este concepto no es aceptado universalmente. Y aclara que corresponde a lo que antiguamente, en el lenguaje popular, se llamaba “Fiebre Uterina”. Pero lo cierto es que la intensidad y/ o frecuencia sexual de cada persona, será negativa, sólo cuando se vean afectadas sus relaciones interpersonales, de pareja y sociales, entre otras.
“Este concepto de Síndrome de Excitación Sexual Permanente no es aceptado unánimemente, porque la intensidad y la frecuencia del deseo sexual ofrece una gran gama de variaciones de una persona a otra, sin que por ello, estén fuera de lo denominado normal.
Casos patológicos
Existen casos patológicos o clasificados fuera de lo normal, pero - según indica el facultativo -, son muy excepcionales. Según él, éstos se pueden dar en algunas mujeres que presentan tumores ováricos o suprarrenales productores de elevados niveles de andrógenos (hormonas masculinas) que tienden a provocar excitación sexual. Cabe señalar que toda mujer normal produce andrógenos, aunque en cantidades menores.
“Hay algunos tumores que estimulan una excesiva producción de andrógenos y ello puede llevar a un aumento desmedido del deseo sexual. Habitualmente, esto se acompaña de signos externos de virilización como aumento del vello corporal en general, aumento del tamaño del clítoris y disminución de algunos caracteres sexuales femeninos secundarios. Estas mujeres se relacionan con un antiguo dicho español que dice: ´Mujer con bozo, amor sabroso´. Lo que da a entender que la mujer que tiene un exceso de vellos es más apasionada en lo sexual”, indica.
Sin embargo, el profesional aclara que en la gran mayoría de los casos, el exceso de vellos no corresponde necesariamente a un aumento de hormonas masculinas, sino pieles que responden más intensamente a niveles normales de hormonas. Y por tanto, no se relaciona necesariamente con una mayor intensidad del deseo sexual.
La segunda causa de un aumento patológico del deseo sexual, son algunas psicopatías. A juicio del ginecólogo, la exacerbación del deseo sexual se puede dar en personas bipolares durante los periodos maniacos, en algunas esquizofrenias u otras personalidades psicopáticas.
“Para estos casos, existen diferentes tratamientos, ya sean quirúrgicos, medicamentosos y psiquiátricos según determine el especialista.
Pero dejando de lado estas dos condiciones, que son excepcionales, el resto pertenece a la gama de las variaciones personales. Así como hay personas que piensan en comida todo el día y otras comen sólo para vivir, lo mismo ocurre con el deseo sexual. Hay quienes tienen una disposición intensa hacia la sexualidad, otras mediana y otras baja”, aclara el doctor.
Pero, ¿hasta dónde está el límite de lo normal?
A juicio del especialista en sexualidad, el término “normal” prácticamente ya no se usa, porque es inadecuado. “Lo importante es que ese deseo sexual –ya sea alto, mediano o bajo-, no le complique la vida a la persona, ni a su entorno. Entonces, la normalidad o anormalidad está dada en relación a si le afecta positiva o negativamente en su vida, en sus relaciones de pareja, sociales y laborales, entre otras”, especifica.
A modo de ejemplo indica que si una mujer que siente deseos sexuales durante todo el día y todos los días del mes y a causa de ello no puede mantener una vida de pareja, ni trabajar, ni relacionarse socialmente, obviamente está en problemas y estaría dentro de la psicopatía. Pero si al contrario, esa intensidad de deseo sexual no la afecta en forma negativa, no hay inconvenientes. Estaría dentro de “su normalidad”.
“En resumen, la ´normalidad´ o ´anormalidad´ está asociado al grado de complicaciones que eso le incorpore a la vida de la persona, en sus relaciones de pareja, sociales, laborales. Y en su propia paz interior y sentido de la vida. Esto último, que quizás sea lo más importante de todo, tiene que ver más con aspectos culturales, valóricos y religiosos que con lo propiamente médico. Es por ello que en el último Congreso Europeo de Sexología –que fue en abril pasado-, cuando se trató el tema de Hiperactividad sexual o Hipoactividad sexual -dejando fuera los casos de hiper (o hipo) androgenismo o de sicopatía-, fue abordado sólo desde el punto de vista de las complicaciones que eso le trae a la persona en su diario vivir”, concluye.
http://www.hoycorrientes.com/vernota.asp?id_noticia=48841
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