segunda-feira, 5 de março de 2012

El problema de los que le temen al sexo y reprimen sus impulsos


Algunas personas, por distintas circunstancias, evitan entrar en contacto. Las claves para solucionar este inconveniente

La sexualidad suele evolucionar de modo tal que en general las personas estén abiertas a disfrutar de las experiencias eróticas, y a obtener de ellas elementos gratificantes. Sin embargo y, aunque resulte extraño, algunas personas, por distintas circunstancias vitales, algunas traumáticas como el abuso sexual o la violación, y otras no tan evidentes, evitan entrar en contacto íntimo con otros individuos y rechazan toda actividad sexual.

Desde un punto de vista psicológico, las conductas relacionadas con la evitación de los deseos, los estímulos y las relaciones sexuales, quedan comprendidas dentro de los llamados cuadros fóbicos. El rasgo esencial de una fobia sexual es el temor persistente e irracional asociado al deseo compulsivo de evitar sensaciones o experiencias sexuales, con la característica que el individuo reconoce este miedo como irracional o excesivo.

Este trastorno puede darse tanto en el hombre como en la mujer, pudiendo afectar tanto a adolescentes como a adultos, a los que les avergüenza reconocer su problema, basado en una resistencia feroz a mantener relaciones sexuales. A veces, el resultado de esta fobia al sexo conlleva a que la persona afectada decida permanecer virgen para siempre, en lugar de intentar superarlo, o que una pareja no llegue a consumar su unión: son los llamados matrimonios no consumados.

Esta disfunción se caracteriza porque la pareja, conviviente o no, luego de un cierto tiempo no ha podido practicar el coito con penetración vaginal. A veces es uno de los dos miembros el que pareciera tener un problema y otras veces son ambos. Él puede tener dificultades en la erección o ella padecer vaginismo. Ella puede tener una verdadera fobia a ser penetrada y él ser un eyaculador precoz que termina antes de penetrar. O ambos padecer un deseo sexual inhibido. Los trastornos pueden alternarse en el tiempo o ser concomitantes, pero siempre se mantienen de a dos. Por ejemplo: cuando ella quiere, él no logra la erección; cuando él la logra, ella presenta una contracción de los músculos de la vagina; si ella pudo relajarse y vencer la fobia, él eyacula antes de la penetración vaginal. El miedo los invade: a la maternidad o paternidad, al embarazo, a ser desgarrada o lastimada, a sufrir, a dañar o ser dañado en los genitales.

Contra lo que podría pensarse, muchas de estas parejas tienen todo tipo de juegos sexuales, con orgasmos incluidos, lo que no pueden es realizar la penetración vaginal: es esta la escena temida.
No se pude hablar de causas en general ya que se ve cada caso de la pareja en particular pero hay factores psicológicos, familiares, educacionales, religiosos y del vínculo en sí mismo.  Uno de los desencadenantes del pedido de ayuda, que pueden motorizar los cambios, suele ser el deseo de tener hijos o cuando alguno de los dos cónyuges amenaza con separarse o simplemente porque ambos, o uno de ellos, sienten que esa relación no puede seguir así.

Realmente se sienten, en este mundo de “supuestos triunfadores sexuales” diferentes: la familia o los amigos les recuerdan siempre la tardanza en la llegada de los hijos, teniendo que mentir casi todo el tiempo sobre su condición. Si bien estas parejas, piensan que es algo muy grave y vergonzante y que nunca podrán solucionarlo la realidad nos marca que con las llamadas terapias sexuales, cortas y de resolución sintomática, se logran resultados francamente notables en un breve lapso de tiempo.

Un caso particular de fobia sexual: el varón virgen

Persistir involuntariamente, en el estado virginal, no es fácil para el varón por las presiones sociales que pesan sobre él; son en general, factores psicológicos que actúan como inhibidores del contacto con chicas. A veces, este cuadro se complica por la presión social que recibe el varón sin experiencia sexual, por la creencia popular que ubica como “sospechoso o rarito” al que no exhibe sus vínculos con las mujeres.  Sin duda, otro elemento de presión es el contenido erótico de los programas televisivos y las publicidades, así como el acceso que hoy tienen los jóvenes a las revistas o videos pornográficos.

Muchos de estos varones, canalizan su enorme carga de ansiedad por vía  masturbatoria; otros acentúan sus rasgos narcisísticos: se cierran en sí mismas y muchas veces terminan en un aislamiento mayor: evaden las reuniones sociales, no van a bailar, esquivan el trato con las mujeres, abrumados por la cantidad de complejos y traumas que desencadena una involuntaria y prolongada virginidad.

Lo importante, cuando pide ayuda, es porque, a pesar de sus resistencias, quiere cambiar y esa toma de conciencia lo hará sentirse más seguro y lo ayudará en su propósito.

Lic. Diana M. Resnicoff
Psicóloga clínica. Sexóloga clínica.
TE: (54-11)4831-2910
E-mail: dresni@gmail.com
Página Web: www.e-sexualidad.com
5 de marzo de 2012 08:38
http://www.minutouno.com.ar/minutouno/nota/161237-el-problema-de-los-que-le-temen-al-sexo-y-reprimen-sus-impulsos/

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