sábado, 26 de novembro de 2011

A dos de tres


Fantasías animadas

Los tríos tienen la ventaja de la novedad. El aliciente de lo desconocido. Aunque ésta es también su principal desventaja.

  • 2011-11-26•El Sexódromo
Ilustración: Sandoval
En una de las reseñas que hice sobre el pasado Congreso Nacional de Educación Sexual y Sexología hablé de una conferencia que abordó algunas alternativas a la monogamia obligada, en donde se comentó que antes de llegar al engaño que representa una infidelidad, las parejas podrían “abrir” su matrimonio a otras opciones que no sólo les generaran placer a los dos, sino que los convirtieran en cómplices, renovaran su relación y, sobre todo, no hubiera engaño de ninguna de las partes involucradas.
Algunos lectores me pidieron que publicara un poco más al respecto (lo cual iré haciendo), pero la mayoría se interesó por conocer los pros y los contras de llevar a cabo un trío erótico. Les parecía una opción interesante, un poco más “sutil” que abrir por completo el matrimonio (es decir, que cada quién se relacione con quien quiera independientemente de la pareja estable).
Lo más importante antes de invitar a alguien es estar segurísim@s de que nuestra pareja también lo desea. Nada de que “es que seguro mi gorda se va a prender si le llevo a la comadre en negligé” o “como es hombre, le va a gustar”. No podemos dar nada por hecho ni forzar o querer convencer. Si alguien lo duda, aún no está preparado para hacerlo. Tampoco debe aceptarse el plan sólo para no hacer enojar al otro o para complacerlo. Y menos pensar: “Es que si no lo hago, entonces me va a poner el cuerno”. Se trata de que esta experiencia enriquezca nuestra relación, no que la ponga en conflicto.
Si los dos están más puestos que un calcetín, entonces es necesario ponerse de acuerdo sobre quién será el o la susodich@. Hay que tener muy claro que no se puede tener ningún tipo de enlace emocional con esa persona, siendo recomendable que no se involucre ningún amigo de la pareja o de uno de ellos. Sí, ya sé, eso suele ser lo más común (los tres se encuentran en el bar, siguen echando copa en la casa y terminan enrolladísimos en el colchón), pero por eso también es común que los tríos acaben en pleitos o separaciones. Con un amigo quizá no se tenga un vínculo amoroso como con la pareja, pero sí existe uno afectivo que puede llevar a los tórtolos a confundir aquello que sienten por su cuate o amigocha (más si la experiencia fue buena).
También desde antes de quedar con alguien hablen sobre lo que puede pasar durante el encuentro y cómo van a reaccionar. ¿Qué pasa si ella tiene un orgasmo mucho más rápido con el o la tercer@ que con su marido? ¿Y si él está tan prendido que le entra al cachondeo con el amigo? ¿Y si uno de los dos se siente ignorado? ¿Si él le hace a la tercera cosas que nunca le hizo a su compañera? ¿Si las dos chicas se enrollan tan fuerte que ignoran al galán? ¿Qué tal que a uno le gusta el o la tercer@, pero al otro no? ¿Y si él no logra tener una erección o, por el contrario, lo logran tan bien con el o la nuev@ que luego ya no puede recuperarse para atender a la esposa? Las posibilidades son muchísimas, así que hay que tratar de pensar en el mayor número posible y responder con total sinceridad cada una. Si a uno no le gusta la manera en que la contraparte responde alguna de las preguntas y no hay chance de unificar deseos o reacciones, entonces mejor ni entrarle.
Hay que mentalizarse de que verán a su pareja en pleno acto erótico con otra persona y eso puede ser fuerte o, en caso opuesto, bastante cachondo. Intuyan cómo reaccionarán haciendo un ejercicio de imaginación. Los tríos tienen la ventaja de la novedad. El aliciente de lo desconocido. Aunque ésta es también su principal desventaja: que después de varias experiencias la variedad se convierte en una experiencia repetitiva, aunque haya terceros diferentes cada vez. Por eso hay que contemplarla como una opción y no como LA opción para siempre.
En las fantasías todo es perfecto porque es una creación mental. Si algo no nos gusta, abrimos los ojitos y listo. En la vida real no podemos tener el control de todo. Por ello, en muchas ocasiones es mejor dejar la experiencia como una mera fantasía compartida.
Realizar un trío puede traer cosas positivas a tu vida sexual: brindar variedad, diversión, complicidad e intimidad a tu relación. Incluso los puede ayudar a que afiancen lazos de confianza y mejoren su relación. Por otra parte, también puede crear tensiones, inseguridades y celos. Así que las dos últimas reglas de oro serían: si uno de los dos o ambos son celosos, ¡huyan a esta posibilidad! Si ya están con el o la tecer@, eviten tomar alcohol. Muchas veces el licor nos desinhibe, pero también puede hacer que perdamos el control o hagamos o digamos cosas de las que después nos arrepintamos.
Por último, algunas de las jocosas ventajas que ofrece el autor del blog A view from outsider de hacer un trío: “Siempre hay una mano libre por si la necesitas; la tarifa del hotel se divide entre tres; se fomenta la democracia participativa en la toma de decisiones; atraes las miradas en el antro”. ¿Las desventajas? “Es más difícil decidir qué ponerle a la pizza post acto erótico si son tres; coordinar un orgasmo simultáneo es aún más complicado; las camas king size se hacen más pequeñas; el mal aliento en las mañanas multiplicado por tres”.

http://impreso.milenio.com/node/9068666

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