terça-feira, 8 de novembro de 2011

Las múltiples formas de la sexualidad sana


Octavo Congreso de Sexología

Por un lado, hay que evitar que se presenten abusos sexuales de adultos hacia infantes, así como también de menores entre menores, pero por el otro hay que defender los derechos sexuales de los niños, púberes y adolescentes, ya que muchas veces, por querer evitar que sufran experiencias violentas, de abuso, se limita o se prohíbe la exploración sexual acorde a sus edades, los juegos eróticos.

  • 2011-10-22•El Sexódromo
Ilustración: Sandoval
Estoy en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, cubriendo el VIII Congreso Nacional de Educación Sexual y Sexología. Encuentros de este tipo suelen representar grandes enseñanzas, dar significativas lecciones de vida, ofrecer una cantidad impresionante de información sobre temas sumamente diversos, así como de momentos lúdicos, divertidos, sabrosos, siendo posible encontrarse con amigos y conocidos interesados en temas similares, por lo que son reuniones incomparables. Si a eso le agregamos que este evento lo organiza la Federación Mexicana de Educación Sexual y Sexología, que asocia a la mayoría de las instituciones relacionadas con educación, capacitación en sexualidad, investigación e incidencia en políticas públicas relacionadas con educación sexual, ya se imaginarán el banquete informativo que me estoy dando.
La inauguración se llevó a cabo el pasado jueves y estuvo a cargo de diversas personalidades del gobierno chiapaneco, en representación del gobernador Juan Sabines Guerrero, de la Universidad Autónoma del Estado de Chiapas, de la CNDH y otras instituciones. Marco Antonio Torres Argüello, presidente del congreso, explicó que desde una perspectiva humanista respetuosa de las diversidades humanas y bajo la premisa de que la educación sexual juega un papel determinante y básico en la construcción de las ideologías y comportamientos sociales, este encuentro científico es el marco ideal para generar propuestas de solución a múltiples problemas de la convivencia humana.
Luis Perelman, presidente de la Femess, recibió a todos y todas las asistentes con una frase que quedaba perfecta para la ocasión: “Sean bien-venidas y bien-venidos”. Después, informó que una noche antes, en Asamblea General Ordinaria, los miembros de la federación eligieron nueva presidenta: la abogada y sexóloga Marcela Martínez Roaro, quien sustituirá al sexólogo que presidió la instancia durante cinco años (más otros tres en los que fue vicepresidente), tiempo durante el cual la federación se sumó a los esfuerzos para lograr reformas constitucionales centradas en los derechos humanos y la dignidad de las personas, como la decisión de la Suprema Corte de Justicia de juzgar constitucionalmente varios aspectos de la diversidad sexual, como la transexualidad y el matrimonio entre personas del mismo sexo y la adopción por parte de éstas; apoyó la despenalización del aborto y los debates abiertos recientemente sobre las reformas estatales del inicio de la vida; ha colaborado en la Asamblea Consultiva del Conapred, en la Comisión de Grupos Vulnerables de la Secretaría de Gobernación y Censida, entre muchas otros logros.
Por ello y por su accesibilidad, amabilidad, forma directa y clara de explicar hasta el tema más complejo, Perelman se llevó un fuerte aplauso con el que cerró su “ciclo presidencial” y se dio por inaugurado el congreso. Inmediatamente después, la nueva jefaza de Femess, Marcela Martínez Roaro, dejó a los asistentes del foro principal con la boca abierta por la claridad y contundencia de su conferencia magistral titulada ¿Laico o guadalupano? El Estado mexicano y sus políticas públicas en sexualidad, a través de la cual dejó en claro que “México no logra salir de sus raíces de ‘Estado confesional’, es decir, las políticas públicas en términos de sexualidad se orientan más al dogma que a la verdad científica”, tal como lo reporté en una nota publicada ayer en la sección Tendencias.
La segunda conferencia magistral del jueves fue Sexual and reproductive health. Strategic approach on public policy, brindada por Joycelyn Elders, activista incansable a favor de los derechos sexuales y reproductivos, principalmente de adolescentes y mujeres. Con una vida interesantísima en la que pasó de la ignorancia absoluta al conocimiento más completo relacionado con la sexualidad humana, quien fuera directora de salud de Bill Clinton cuando fue presidente de Estados Unidos (y sufriera, por sus ideas y propuestas de políticas públicas en sexualidad, un ataque tan brutal por parte de algunos de sus compatriotas en el poder como el de cualquier político mexicano de ultraderecha), ofreció un panorama de la situación en su país en relación a embarazos no deseados en adolescentes, a la actividad sexual sin protección, al número de casos de contagio de infecciones de transmisión sexual y VIH, de abortos, de madres solteras, de madres adolescentes, de pacientes con disfunciones sexuales, llegando a la conclusión de que “Estados Unidos no es una nación sexualmente saludable”. Confirmó que en su país se habla mucho de la abstinencia, diciéndole a los jóvenes que no tengan relaciones sexuales hasta el matrimonio, siendo que la edad promedio en la que se están casando es de 26 años. “Sí, claro, seguramente van a esperar hasta esa edad para ejercer su vida erótica”, señaló con ironía.
“Sabemos qué hacer, sabemos cómo hacerlo, ahora tenemos que llevarlo a cabo”, sentenció tras platicar que el diálogo es un arma importante para evitar todas las cuestiones arriba señaladas. Hablar entre países, entre padres e hijos, entre representantes de escuelas, los maestros con los alumnos, informar correctamente desde las instituciones religiosas, los gobiernos, las comunidades, entendiendo que deberíamos ser seres sexualmente saludables desde que nacemos y hasta que morimos.
Una mesa de debate que dejó una importante tarea abierta a realizarse en los siguientes meses (o, incluso, años) fue la titulada Encuentros sexuales en menores de edad: ¿dónde están los límites? Los sexólogos Heddy Villaseñor, Juan Carlos Hernández Meijueiro, Marina García Bravo y Ruth González Serratos hablaron de dos aspectos importantes de este polémico tema: por un lado, hay que evitar que se presenten abusos sexuales de adultos hacia infantes, así como también de menores entre menores (“he registrado agresores de apenas seis años de edad”, reveló Ruth), pero por el otro hay que defender los derechos sexuales de los niños, púberes y adolescentes, ya que muchas veces, por querer evitar que sufran experiencias violentas, de abuso, se limita o se prohíbe la exploración sexual acorde a sus edades, los juegos eróticos.
Por ello, Hernández Meijueiro propuso a la Femess iniciar la creación de una “Cartilla de derechos sexuales y reproductivos de las personas menores de 18 años”, en donde quede claro que el límite en los encuentros sexuales entre infantes es el abuso y que imponer la abstinencia sexual también es una forma de violencia sexual.
El viernes, las principales conferencias fueron la que dictó Esther Perel sobre inteligencia erótica, la mesa de debate sobre transexualidad, el simposio sobre mujeres en la sexología mexicana, el de bisexualidades y la conferencia magistral sobre profesionalización en sexología. Hoy me esperan la presentación de otros trabajos sobre abuso sexual, las alternativas a la monogamia estricta, diversidad sexual, sexualidad sagrada y las nuevas relaciones de pareja. Como ven, aún queda mucho que platicarles. La próxima semana les seguiré informando en este espacio. Les mando besos desde la tierra de los jaguares, el chipilín y, al menos durante tres días, de la sexualidad sana. Esperemos que las jornadas sirvan para que, aunque sea lentamente, ésta sea una constante en todo el país.

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Verónica Maza Bustamante

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