Martes, Agosto 30, 2011 10:38
por José Manuel Gonzáles
En el mundo están sucediéndose cambios en las costumbres sexuales que llegan a Barranquilla, para bien o para mal, como diría mi abuelita. Uno de ellos tiene que ver con la penetración del hombre durante las relaciones sexuales… y se llama pegging.
Hoy quiero escribirles sobre este tema y conocer tu opinión, a favor o en contra. Para ello te pido que después de leer este artículo me regales un mail con tu opinión al respecto.
Desde hace algunos años se viene hablando en el mundo occidental de pegging. El término fue creado por el famoso escritor Dan Savage, quien el 29 de noviembre de 2010 se refirió a este tema, con este nombre especifico, en el popular programa de la televisión norteamericana “The Colber Report”.
Antes de esta fecha, sin colocarle el nombre, la película “Myra Breckinrige”, dirigida por Michael Sarne, con Raquel Welch, John Huston, Farrah Fawcett y Tom Selleck había mostrado esa nueva práctica sexual en 1970. Hoy circulan muchas películas que muestran este tipo de relaciones sexuales entre parejas heterosexuales.
Según Wikipedia, pegging es una práctica sexual en la cual la mujer penetra el ano de su hombre con ayuda de un consolador que va sujeto a un arnés o a su propia vagina. En el mercado de los sex shop, y eso ya está ocurriendo en Barranquilla, la venta a parejas heterosexuales de arneses, o de consoladores dobles, ha aumentado significativamente en los últimos 2 años.
Los expertos que han estudiado esta nueva modalidad de actividad sexual entre parejas heterosexuales han encontrado que por lo general se obtienen dos tipos de placeres:
Placer físico. La mujer puede obtener una estimulación directa en su genital a través de la base del consolador, o en el caso de los consoladores dobles, mediante penetración vaginal. La mujer puede hacer uso de un vibrador que por lo general se ubica entre el consolador y su clítoris. Por su parte, el hombre recibe un estímulo directo por medio de la penetración anal y la estimulación de su próstata, en donde se localiza su punto G. Algunos hombres reportan que disfrutan masturbándose (o siendo manualmente estimulados por su compañera) durante el pegging.
Es importante recordar aquí que todos los anos, tanto en mujeres como en hombres, tienen sensibilidad. De no ser así, todos se cagarían en sus pantalones frecuentemente… ya que no se darían cuenta de que necesitan ir al baño a defecar.
Placer psicológico. Algunas personas practican el pegging porque disfrutan de los aspectos psicológicos de dominación y sumisión que implica la actividad. De hecho, con frecuencia los juegos de roles donde hay una dominación por parte de la mujer y una actitud sumisa del hombre, suelen culminar con la mujer penetrando al hombre analmente. Algunos títulos de publicaciones en internet llevan títulos sugestivos como “cuando los pantalones se los pone ella” o “como penetrar a tu novio” que le sugieren un cambio de roles a la mujer.
Los expertos insisten en que el mayor lastre que se arrastra todavía con respecto a este tipo de relaciones es que el hombre heterosexual no puede (porque no lo concibe) recibir una penetración. “Eso es cosa de maricones”, pensará más de uno sin saber lo equivocados que pueden estar y la fuente de orgasmos que se pueden perder.
Si se practica correctamente, los expertos consideran que el pegging puede ser totalmente saludable y gratificante para ambos. Es obvio que la zona es delicada y requiere mucha atención y mimo. Por eso es imprescindible una buena comunicación entre los dos y tomárselo con calma. No sobre decir que se requiere una buena higiene y un buen lubricante. A veces, recomiendan los expertos, es mejor empezar con los dedos antes de pasar a un consolador.
Te repito, espero tus comentarios…
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