«El joven arriesga más porque piensa que a él no le va a pasar»
Francisco Cabello Santamaría (Málaga, 1958) es el director del Instituto Andaluz de Sexología y Psicología desde 1991. Desde esta entidad privada se dedica a la terapia sexual y psicológica, así como a la investigación de, entre otros temas, por qué los adolescentes siguen sin usar el preservativo a pesar de conocer los riesgos.
Siguen existiendo embarazos no deseados en adolescentes. ¿Aún no están concienciados en el uso de anticonceptivos?
En la sexualidad, y en concreto en la del adolescente, las actitudes no correlacionan con las conductas. Si pienso que cepillarme los dientes es bueno para mi salud bucodental, la probabilidad de que me los cepille es alta. Aunque las actitudes correlacionan con las conductas en casi todos los campos, no lo hacen en el terreno de la sexualidad.
¿Por qué esa excepción?
Es una fuente de investigación interesantísima. Si piensas que irte a la cama sin preservativo es un disparate, no necesariamente vas a usar el preservativo con más frecuencia que quien piensa lo contrario.
¿Y a qué se debe esa contradicción?
Se debe a varios factores que tienen que ver con aspectos psicológicos de la propia adolescencia, como es la sensación de que no te va a pasar nada. En la adolescencia uno piensa por sí mismo, abandona el pensamiento paterno, adopta ideas propias y tiene la creencia de que todo lo puede decidir por sí mismo, de que todo lo puede hacer y de que los riesgos, aunque los conozca, son para otros. El joven a nivel sexual arriesga más porque cree que a él no le va a pasar. A eso se une también que está menos informado que el adulto. Aunque hay información, no es suficiente.
Pero, ¿llegan a ser conscientes de todos los riesgos que conlleva practicar sexo sin protección?
Hicimos un estudio con 6.000 alumnos de enseñanzas medias en Málaga y el conocimiento sobre sida por ejemplo es bastante elevado en un 80% de los alumnos. Saben de los riesgos, de cómo se puede contraer... incluso tienen la percepción de que se puede contraer de más maneras de las reales. A pesar de ello, en la primera vez de una relación sexual no usan el preservativo un 32% por la creencia de que aunque pueda haber embarazo es muy difícil o por eso de que «a mí no me va a pasar».
¿Qué les asusta más el embarazo o las enfermedades de transmisión sexual?
Les asusta más el embarazo porque las enfermedades piensan que no les va a pasar, igual que un accidente de coche. Las chicas le dan mucha más importancia al embarazo y los chicos también, pero los porcentajes bajan y se acercan al de las enfermedades de transmisión sexual. Ellas también son mucho más responsables respecto a la anticoncepción.
¿Cuál es el anticonceptivo más extendido entre los adolescentes?
Entre los que forman pareja estable es la anticoncepción oral. Ese es uno de los grandes problemas. Al comienzo de la relación comienzan a usar preservativo, aunque en un 10 ó 30% de los casos no lo usan, y cuando la pareja se estabiliza se pasa a la anticoncepción oral. Si hay alguna infección de transmisión sexual previa, se está contaminando perfectamente.
¿Y el más recomendable?
Sin duda, el preservativo. Protege de las infecciones de transmisión sexual, es un método seguro. Estamos en una época donde la posibilidad de cambio de pareja es alta porque las relaciones no están muy estabilizadas. Según datos del Instituto de la Juventud, a los 28 años la media de parejas sexuales oscila entre 4 y 8. Lo más eficaz y lo más prudente es usar el preservativo. En parejas estables de larga duración ya se podría plantear el uso de anticonceptivos orales.
Siguen existiendo embarazos no deseados en adolescentes. ¿Aún no están concienciados en el uso de anticonceptivos?
En la sexualidad, y en concreto en la del adolescente, las actitudes no correlacionan con las conductas. Si pienso que cepillarme los dientes es bueno para mi salud bucodental, la probabilidad de que me los cepille es alta. Aunque las actitudes correlacionan con las conductas en casi todos los campos, no lo hacen en el terreno de la sexualidad.
¿Por qué esa excepción?
Es una fuente de investigación interesantísima. Si piensas que irte a la cama sin preservativo es un disparate, no necesariamente vas a usar el preservativo con más frecuencia que quien piensa lo contrario.
¿Y a qué se debe esa contradicción?
Se debe a varios factores que tienen que ver con aspectos psicológicos de la propia adolescencia, como es la sensación de que no te va a pasar nada. En la adolescencia uno piensa por sí mismo, abandona el pensamiento paterno, adopta ideas propias y tiene la creencia de que todo lo puede decidir por sí mismo, de que todo lo puede hacer y de que los riesgos, aunque los conozca, son para otros. El joven a nivel sexual arriesga más porque cree que a él no le va a pasar. A eso se une también que está menos informado que el adulto. Aunque hay información, no es suficiente.
Pero, ¿llegan a ser conscientes de todos los riesgos que conlleva practicar sexo sin protección?
Hicimos un estudio con 6.000 alumnos de enseñanzas medias en Málaga y el conocimiento sobre sida por ejemplo es bastante elevado en un 80% de los alumnos. Saben de los riesgos, de cómo se puede contraer... incluso tienen la percepción de que se puede contraer de más maneras de las reales. A pesar de ello, en la primera vez de una relación sexual no usan el preservativo un 32% por la creencia de que aunque pueda haber embarazo es muy difícil o por eso de que «a mí no me va a pasar».
¿Qué les asusta más el embarazo o las enfermedades de transmisión sexual?
Les asusta más el embarazo porque las enfermedades piensan que no les va a pasar, igual que un accidente de coche. Las chicas le dan mucha más importancia al embarazo y los chicos también, pero los porcentajes bajan y se acercan al de las enfermedades de transmisión sexual. Ellas también son mucho más responsables respecto a la anticoncepción.
¿Cuál es el anticonceptivo más extendido entre los adolescentes?
Entre los que forman pareja estable es la anticoncepción oral. Ese es uno de los grandes problemas. Al comienzo de la relación comienzan a usar preservativo, aunque en un 10 ó 30% de los casos no lo usan, y cuando la pareja se estabiliza se pasa a la anticoncepción oral. Si hay alguna infección de transmisión sexual previa, se está contaminando perfectamente.
¿Y el más recomendable?
Sin duda, el preservativo. Protege de las infecciones de transmisión sexual, es un método seguro. Estamos en una época donde la posibilidad de cambio de pareja es alta porque las relaciones no están muy estabilizadas. Según datos del Instituto de la Juventud, a los 28 años la media de parejas sexuales oscila entre 4 y 8. Lo más eficaz y lo más prudente es usar el preservativo. En parejas estables de larga duración ya se podría plantear el uso de anticonceptivos orales.
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