René de Lamar / Las Palmas de Gran Canaria
Por lo general, muchas mujeres consienten e incluso inician una actividad sexual por necesidad de una intimidad, compromiso, cariño, acercamiento emocional, buscando una sensación de bienestar, de calor humano o incluso confirmar que son deseables, agradar a su pareja, ofrecer placer por consigna social sin recibir nada a cambio porque toca lo que toca o cualquier combinación de estas variables.
En parejas o relaciones estables de muchos años es frecuente que las mujeres sientan poca o ninguna sensación inicial de deseo sexual, pero acceden al deseo sexual de su pareja lo que se denomina deseo respuesta y una vez que la estimulación sexual desencadena la excitación o el placer, lo que constituye la llamada excitación subjetiva, se suman la congestión y excitación genital física que favorece una adecuada relación.
El deseo inicial disminuye típicamente con la edad, aunque aumenta con una pareja nueva a cualquier edad. La satisfacción sexual puede o no incluir orgasmos, se construye una actividad sexual y continuación de la intimidad, que puede ser una experiencia gratificante física y emocionalmente que llena, refuerza las motivaciones iniciales de la mujer.
Tanto los estrógenos como los andrógenos parecen afectar la excitación, según los estudios realizados al respecto. La secreción de andrógenos suprarrenales comienza a disminuir en mujeres que llegan a la quinta década lo que pudiera desempeñar un papel en la disminución del deseo, interés o excitación sexual en ciertas etapas de la vida.
¿Cómo se produce la excitación? Ante todo incluye la activación de áreas del cerebro implicadas en la cognición, motivación, emoción y regulación de la congestión genital. También juegan un papel neurotransmisores específicos como noradrenalina, dopamina y serotonina aunque esta última suele tener un efecto de inhibición sexual igual que la prolactina y el ácido gamma amino butírico.
La congestión genital es una respuesta refleja autónoma que se produce a los pocos segundos de generarse un estimulo erótico y causa una congestión y lubricación de los genitales.
Las células musculares lisas que rodean zonas vascularizadas de la vulva, el clítoris y la vagina causan trasudación de líquido a través del epitelio vaginal (lubricación).
Las mujeres no siempre son conscientes de la congestión por lo que se puede producir sin una excitación objetiva. El orgasmo es una experiencia de máxima excitación y liberación caracterizada por contracciones de músculos pélvicos cada 0.8 segundos y la posterior disminución lenta y paulatina de la congestión genital. Durante el orgasmo se liberan prolactina y oxitocina que pueden contribuir a la sensación de bienestar, relajación y cansancio que sigue al mismo.
Existen cinco categorías básicas de disfunción sexual femenina y se pueden clasificar secundariamente como adquiridos o padecidos durante toda la vida sexual activa, específicos de una situación determinada o generalizados y según el grado de preocupación que causen a la mujer ser leves, moderados o graves.
Describimos a continuación los más frecuentes.
1- Trastorno de deseo o interés sexual. Consiste en la disminución o ausencia del deseo o interés sexual, de pensamientos o fantasías sexuales y ausencia del deseo respuesta. Las motivaciones para excitarse sexualmente son escasas o inexistentes, en ocasiones sin relación directa con la edad de la mujer.
2- Trastornos de excitación sexual.
3- Pueden ser subjetivos, combinados o genitales. Tiene una base clínica y se diferencian por la conciencia que tiene la mujer de su propia respuesta genital a la estimulación.
4- Trastorno orgásmico. Consiste en la ausencia de orgasmo, disminución importante de su intensidad o retraso importante a la estimulación a pesar de los elevados grados de excitación subjetiva.
5- Vaginismo. Se trata de un estrechamiento reflejo alrededor de la vagina cuando se intenta la penetración a pesar del deseo expreso de la mujer y en ausencia de anomalías anatómicas o físicas de otro tipo. Se suele asociar a temor o experiencias dolorosas y evitación fóbica.
6- Dispareunia. Es dolor durante un intento o una penetración vaginal completa, puede ser superficial de entrada, con una entrada más profunda, con el movimiento o tras el coito.
El trastorno se diagnostica cuando los síntomas causan preocupación a la mujer y a su pareja». Tratamos hoy un tema muy frecuente en la vida diaria pero por ser muy especial e intimo tiene un efecto iceberg en la sociedad, se ve solo una parte y es mucho mayor la que está por debajo y, por lo general, no se solicita ayuda profesional o se hace de forma tardía, por lo que consideramos que su desarrollo pueda aclarar algunas dudas además de resultar de interés a muchas personas.
Por lo general, muchas mujeres consienten e incluso inician una actividad sexual por necesidad de una intimidad, compromiso, cariño, acercamiento emocional, buscando una sensación de bienestar, de calor humano o incluso confirmar que son deseables, agradar a su pareja, ofrecer placer por consigna social sin recibir nada a cambio porque toca lo que toca o cualquier combinación de estas variables.
En parejas o relaciones estables de muchos años es frecuente que las mujeres sientan poca o ninguna sensación inicial de deseo sexual, pero acceden al deseo sexual de su pareja lo que se denomina deseo respuesta y una vez que la estimulación sexual desencadena la excitación o el placer, lo que constituye la llamada excitación subjetiva, se suman la congestión y excitación genital física que favorece una adecuada relación.
El deseo inicial disminuye típicamente con la edad, aunque aumenta con una pareja nueva a cualquier edad. La satisfacción sexual puede o no incluir orgasmos, se construye una actividad sexual y continuación de la intimidad, que puede ser una experiencia gratificante física y emocionalmente que llena, refuerza las motivaciones iniciales de la mujer.
Tanto los estrógenos como los andrógenos parecen afectar la excitación, según los estudios realizados al respecto. La secreción de andrógenos suprarrenales comienza a disminuir en mujeres que llegan a la quinta década lo que pudiera desempeñar un papel en la disminución del deseo, interés o excitación sexual en ciertas etapas de la vida.
¿Cómo se produce la excitación? Ante todo incluye la activación de áreas del cerebro implicadas en la cognición, motivación, emoción y regulación de la congestión genital. También juegan un papel neurotransmisores específicos como noradrenalina, dopamina y serotonina aunque esta última suele tener un efecto de inhibición sexual igual que la prolactina y el ácido gamma amino butírico.
La congestión genital es una respuesta refleja autónoma que se produce a los pocos segundos de generarse un estimulo erótico y causa una congestión y lubricación de los genitales.
Las células musculares lisas que rodean zonas vascularizadas de la vulva, el clítoris y la vagina causan trasudación de líquido a través del epitelio vaginal (lubricación).
Las mujeres no siempre son conscientes de la congestión por lo que se puede producir sin una excitación objetiva. El orgasmo es una experiencia de máxima excitación y liberación caracterizada por contracciones de músculos pélvicos cada 0.8 segundos y la posterior disminución lenta y paulatina de la congestión genital. Durante el orgasmo se liberan prolactina y oxitocina que pueden contribuir a la sensación de bienestar, relajación y cansancio que sigue al mismo.
Existen cinco categorías básicas de disfunción sexual femenina y se pueden clasificar secundariamente como adquiridos o padecidos durante toda la vida sexual activa, específicos de una situación determinada o generalizados y según el grado de preocupación que causen a la mujer ser leves, moderados o graves.
Describimos a continuación los más frecuentes.
1- Trastorno de deseo o interés sexual. Consiste en la disminución o ausencia del deseo o interés sexual, de pensamientos o fantasías sexuales y ausencia del deseo respuesta. Las motivaciones para excitarse sexualmente son escasas o inexistentes, en ocasiones sin relación directa con la edad de la mujer.
2- Trastornos de excitación sexual.
3- Pueden ser subjetivos, combinados o genitales. Tiene una base clínica y se diferencian por la conciencia que tiene la mujer de su propia respuesta genital a la estimulación.
4- Trastorno orgásmico. Consiste en la ausencia de orgasmo, disminución importante de su intensidad o retraso importante a la estimulación a pesar de los elevados grados de excitación subjetiva.
5- Vaginismo. Se trata de un estrechamiento reflejo alrededor de la vagina cuando se intenta la penetración a pesar del deseo expreso de la mujer y en ausencia de anomalías anatómicas o físicas de otro tipo. Se suele asociar a temor o experiencias dolorosas y evitación fóbica.
6- Dispareunia. Es dolor durante un intento o una penetración vaginal completa, puede ser superficial de entrada, con una entrada más profunda, con el movimiento o tras el coito.
René de Lamar es doctor especialista en Geriatría y Gerontología, asesor médico de CANARIAS7 Jefe de Servicio de Geriatría. Unidad de Memoria y Demencias Geriátricas.Hospital Perpetuo Socorro y director médico del Centro de Diagnóstico Médico Integral, C/Diderot Nº 19 - bajo.Teléfono: 928 220 474
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