¿Cómo proteger a la juventud de los efectos de tanto contenido sexual en Internet? En Sexología 2012 se evidenció la necesidad de una educación sexual también orientada al uso de las TIC
Internet cada vez se satura más de pornografía, cuyo gigantesco negocio resultó de los mejores adaptados a las nuevas Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC). El dilema afecta a todos los países: Cómo amortiguar los efectos de esa gran avalancha de contenido explícitamente sexual para «todas las preferencias». ¿Existen estudios suficientemente serios que les permitan a las autoridades aplicar estrategias para proteger a la población, especialmente a la juventud?
Algunos investigadores insisten en que en el mundo, ante la falta de legislaciones al respecto, la solución para neutralizar los peores efectos de la ciberpornografía, entendidos como prostitución infantil, degradación de la mujer, violencia… no solo se logrará mediante el bloqueo de sitios, la censura y el «no hablar de eso», sino también sobre la base de una efectiva educación sexual desde edades tempranas, que no solo incluya los aspectos «genitales», sino también aquellos relacionados con los afectos.
Material multimedia de pornografía «dura», chats y actos sexuales en vivo pueden ser bajados y vistos por prácticamente cualquiera en Internet, y cada vez de manera más fácil. Lo que antes estaba disponible solo para una pequeña cantidad de personas que acudían a los «barrios malos», ahora puede ser visto en la intimidad del hogar.
Existen apologistas de la pornografía, y específicamente de la que inunda Internet, que la asocian con la disminución de los delitos sexuales en contadas ciudades de otras naciones. Sin embargo, parece que a una parte mayoritaria y prestigiosa de la comunidad científica internacional le preocupa que quienes están más expuestos al ciberporno, como también se le llama, presentan más probabilidades de desarrollar disfunciones, parafilias, inseguridad…
Y para adquirir este tipo de material ya no es imprescindible permanecer on line. Videos y fotos descargados de la red son transportados y «distribuidos» en memorias flash y discos o enviados por correo.
Peligrosa ciberadicción
Esta semana en el Palacio de Convenciones de La Habana tuvo lugar el VI Congreso cubano de Educación, Orientación y Terapia Sexual Sexología 2012, en el que se expusieron algunas investigaciones y criterios relacionados con la presencia de la sexualidad en Internet. AllíJuventud Rebelde conversó con la profesora italiana Chiara Simonelli, presidenta de la Federación Europea de Sexología, quien disertó sobre este tema.
Chiara Simonelli admite que la red abrió nuevos escenarios interesantes y precoces relacionados con la sexualidad, entre estos la capacidad de que las personas ratifiquen su normalidad a partir de constatar prácticas comunes, pero mencionó lo peligrosa que puede resultar la ciberadicción al sexo en niños y jóvenes, los cuales suelen tener mayores habilidades para acceder a nuevas tecnologías en el mundo. Resulta tan grave, alertó, que ya se está proponiendo como una nueva parafilia.
«Es necesaria una educación sexual orientada al uso de Internet y de las TIC… Que los ordenadores se coloquen en lugares comunes de las casas, en espacios donde se pueda discutir su uso en familia, y no en las habitaciones de adolescentes.
«Lo patológico de que haya tanto sexo en Internet no viene solo de la pornografía: los sitios de encuentro que facilitan citas reales con parejas ocasionales multiplican los comportamientos de riesgo y propician algunos actos criminales.
«Las verdaderas consecuencias del cibersexo todavía se encuentran en estudio, pero se han identificado trastornos del sueño, preferencia por espacios de aislamiento, escasa responsabilidad en la vida real, dañinos cambios de horario y disminución del deseo hacia las parejas reales, quienes se suelen sentir traicionadas», expresó Chiara Simonelli.
La profesora e investigadora de la Universidad de Roma La Sapienza contó que la gente joven es más propensa al cibersexo, y cuando se avanza en edad el interés va disminuyendo. «En general los hombres consumen más material pornográfico pasivo en forma de fotos, películas y videos, y las mujeres prefieren “chatear” y participar en foros y espacios interactivos. Las minorías sexuales utilizan estos espacios para buscar información y establecer citas».
Madurez y mediación
El papel de los padres como mediadores en los dilemas éticos que enfrentan los jóvenes en su vinculación con las TIC fue abordado en Sexología 2012 por la profesora y psicóloga cubana Patricia Arés.
Hay una fuerte influencia de lo que se ha dado en llamar el «país global» en muchos jóvenes conectados a la red para quienes la sexualidad es percibida como placer sin compromiso y la cultura está centrada en el mercado y la banalidad.
Estos adolescentes y jóvenes no se vinculan con la cultura del país en que viven, sino que se sienten identificados con esa otra global, desideologizada, afirma la doctora Arés. «Se trata de un fenómeno mundial, una especie de destierro cultural que los hace ingobernables para la familia y la sociedad. Existen diferencias entre “conectados” y “desconectados”, pero muchos de los desconectados están asumiendo acríticamente lo que les dicen los otros, supuestamente más informados.
La exagerada erotización de la imagen y las prácticas cotidianas desde la infancia lleva a una actividad sexual prematura, al mismo tiempo que se produce un retraso en la maduración psicológica. Muchos jóvenes aplazan las decisiones adultas, el compromiso y la responsabilidad. Un ejemplo de ello es que prefieran buscarse ciberparejas, con las que no hay un encuentro sexual real», argumentó Patricia Arés.
En todo esto hay cierta complicidad de los padres. Creen que sus hijos no necesitan información sobre sexo y como resultado de la vida moderna dejan en manos de los medios de comunicación ese aprendizaje, sin promover la reflexión colectiva, expresó.
«La sociedad tiene que ayudar a la familia en el empeño de formar valores y en el rescate de valiosas prácticas de vida. Las TIC han propiciado que los jóvenes dispongan de más información sobre muchos temas porque disponen de más tiempo y dominio de la tecnología, pero Internet puede resultar un valioso aliado para los adultos.
«Si se promueve una discusión sobre un tema en el que los padres no están bien informados, lo inteligente es postergar el debate hasta obtener información útil y poder ofrecer una visión más precisa del fenómeno», sugiere la experta.
Hoy los padres no están llamados a ser impositores, sino mediadores en esa formación ética de la sexualidad de los hijos, lo cual implica también aprovechar las oportunidades para transmitirles el gozo de vivir y no solo las frustraciones de su propia sexualidad.
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