COMPLEJOS Y PREJUICIOS
Las estafas sexuales, el Viagra, la fidelidad, las disfunciones, los juguetes eróticos. A pesar de la profusa difusión (más publicitaria que médica) de estos términos y productos, la realidad es que hay mucho desconocimiento al respecto.
Publicado el 26/01/2012 - Si hoy alguien dijera que la masturbación puede disparar problemas psicológicos o sacar pelos en las manos, cualquiera detectaría el mito. Pero en algún momento, esas construcciones se instalaron como verdades absolutas. Cuando muchos de los mitos clásicos siguen provocando angustia, cortocircuitos en las parejas y hasta disfunciones sexuales, la tecnología, la invasión publicitaria por e-mail y los avances científicos, los renovaron. El diario Clarín consultó el tema con médicos sexólogos –expertos de hospitales públicos–, quienes definieron y refutaron los mitos sexuales modernos más frecuentes.
1. El pene se puede alargar.
“Más del 90% de las consultas que recibimos por pene pequeño corresponden a varones con penes normales, que al compararse con otros –en vestuarios, películas pornográficas o porque una mujer les dijo que su pene no era como el de otros–, fueron víctimas de lo que llamamos ‘estafas sexuales”, describe Adolfo Casabé, urólogo a cargo del Sector Disfunciones Sexuales del Hospital Durand. “A quienes caen en el engaño, les seccionan el ligamento suspensorio del pene, les extraen grasa de otras zonas y se la inyectan en el pene para aumentar su grosor. Incluso hemos visto pacientes a quienes se les inyectó silicona líquida. Sin embargo, no existe ninguna sociedad médica nacional o internacional que avale técnicas quirúrgicas para alargarlo o engrosarlo”.
2. Si una pareja incorpora juguetes sexuales o videos es porque perdió su erotismo.
“Los juguetes eróticos sirven para la intensificación de las fantasías y la recreación del erotismo. A veces se los vincula a la perversión y al vicio o hay hombres que creen que si la mujer quiere incorporar un vibrador es porque él ya no la satisface. Por eso, debe ser conversado y elegido entre los dos. Además, hay vibradores que no tienen forma de pene (planos, redondos) y que suelen ser mejor aceptados”, explica Sandra Magirena, ginecóloga y sexóloga del hospital Álvarez.
Lo novedoso es que ahora, además, los médicos los indican para mejorar la salud sexual: “Después de la menopausia, el vibrador está indicado para prevenir la sequedad y mejorar la elasticidad de los tejidos vaginales. También lo indicamos como un entrenamiento para que las mujeres adultas se masturben y mejoren su respuesta orgásmica. Las bolas chinas sirven para tonificar los músculos perineales que intervienen en el orgasmo, prevenir prolapsos y recuperar la tonicidad después de un parto. Y los dildos (estimuladores sin vibración) se indican para pacientes con vaginismo, que son espasmos involuntarios de los músculos que impiden la penetración”.
3. El Viagra puede provocar problemas cardíacos.
“Desde 1998, cuando se aprobó el Sildenafil, la prensa amarilla difundió que provocaban una especie de descontrol sexual, infartos y muertes”, recuerda Adrián Helien, médico psiquiatra y sexólogo del Durand. “Pero el Viagra no ha demostrado ni en estudios clínicos ni en la práctica incrementar el riesgo de enfermedad cardíaca”, sigue Casabé. Es más: “Es una medicación segura para pacientes con disfunción eréctil, de causa emocional u orgánica, como hipertensión, diabetes y enfermedad cardiovascular”, sigue. Pero en los pacientes coronarios que están en tratamiento a base de nitritos o nitratos (vasodilatadores coronarios) está contraindicado.
¿Qué pasa si se lo mezcla con alcohol o drogas? “No está recomendado porque las bebidas alcohólicas tienden a bajar la presión arterial y eso puede verse potenciado”, describe el sexólogo Adrián Sapetti, autor de “El sexo y el varón de hoy” . “La combinación con drogas como poper –una anestésico que se aspira– está contraindicada porque puede causar desmayos y estados de shock. El uso conjunto con cocaína, éxtasis o anfetaminas es descabellado porque esas drogas de por sí son neurotóxicas o cardiotóxicas”. Pero aún no hay estudios científicos sobre los efectos de su combinación.
4. Cuando el hombre tiene problemas de erección es porque su pareja ya no lo excita.
“Una disfunción eréctil puede ser un indicador de enfermedades vasculares, bajo nivel de testosterona o problemas neurológicos. Entonces, mejor que hacer interpretaciones personales es hacer la consulta médica”, sugiere Magirena. Helien completa: “Existen además causas psicógenas: estrés, ansiedad o depresión. Una mala relación de pareja puede también producir problemas de erección: es que los problemas de pareja no se arreglan en la cama; se llevan a la cama y provocan disfunciones sexuales”, opina.
Lo que sigue, es otro cantar: en los casos en los que les recetan Viagra “puede ocurrir que las mujeres se sientan disminuidas, sobre todo porque no existe una pastilla equivalente para el deseo femenino”, agrega Magirena. En el Durand cuentan que algunas mujeres boicotean el tratamiento para la disfunción eréctil de sus parejas porque suponen que “no poder” es garantía de fidelidad.
5. Lo “normal” es que el orgasmo femenino se produzca con la penetración.
Hay mujeres heterosexuales que no exploran su cuerpo porque creen que el hombre es el responsable de darles el orgasmo. Otras creen que tienen una disfunción porque tienen orgasmos a solas pero no durante la penetración. “Nos enseñaron que para satisfacer a una mujer lo principal es la penetración. Muchas mujeres compran esta mentira machista y se la pasan esperando la llegada del príncipe que las despierte de su anorgasmia”, explica Helien. “Sin embargo, hay un hecho científico contundente: alrededor del 70% de las mujeres necesitan estimulación de la zona del clítoris para alcanzar el orgasmo”.
1. El pene se puede alargar.
“Más del 90% de las consultas que recibimos por pene pequeño corresponden a varones con penes normales, que al compararse con otros –en vestuarios, películas pornográficas o porque una mujer les dijo que su pene no era como el de otros–, fueron víctimas de lo que llamamos ‘estafas sexuales”, describe Adolfo Casabé, urólogo a cargo del Sector Disfunciones Sexuales del Hospital Durand. “A quienes caen en el engaño, les seccionan el ligamento suspensorio del pene, les extraen grasa de otras zonas y se la inyectan en el pene para aumentar su grosor. Incluso hemos visto pacientes a quienes se les inyectó silicona líquida. Sin embargo, no existe ninguna sociedad médica nacional o internacional que avale técnicas quirúrgicas para alargarlo o engrosarlo”.
2. Si una pareja incorpora juguetes sexuales o videos es porque perdió su erotismo.
“Los juguetes eróticos sirven para la intensificación de las fantasías y la recreación del erotismo. A veces se los vincula a la perversión y al vicio o hay hombres que creen que si la mujer quiere incorporar un vibrador es porque él ya no la satisface. Por eso, debe ser conversado y elegido entre los dos. Además, hay vibradores que no tienen forma de pene (planos, redondos) y que suelen ser mejor aceptados”, explica Sandra Magirena, ginecóloga y sexóloga del hospital Álvarez.
Lo novedoso es que ahora, además, los médicos los indican para mejorar la salud sexual: “Después de la menopausia, el vibrador está indicado para prevenir la sequedad y mejorar la elasticidad de los tejidos vaginales. También lo indicamos como un entrenamiento para que las mujeres adultas se masturben y mejoren su respuesta orgásmica. Las bolas chinas sirven para tonificar los músculos perineales que intervienen en el orgasmo, prevenir prolapsos y recuperar la tonicidad después de un parto. Y los dildos (estimuladores sin vibración) se indican para pacientes con vaginismo, que son espasmos involuntarios de los músculos que impiden la penetración”.
3. El Viagra puede provocar problemas cardíacos.
“Desde 1998, cuando se aprobó el Sildenafil, la prensa amarilla difundió que provocaban una especie de descontrol sexual, infartos y muertes”, recuerda Adrián Helien, médico psiquiatra y sexólogo del Durand. “Pero el Viagra no ha demostrado ni en estudios clínicos ni en la práctica incrementar el riesgo de enfermedad cardíaca”, sigue Casabé. Es más: “Es una medicación segura para pacientes con disfunción eréctil, de causa emocional u orgánica, como hipertensión, diabetes y enfermedad cardiovascular”, sigue. Pero en los pacientes coronarios que están en tratamiento a base de nitritos o nitratos (vasodilatadores coronarios) está contraindicado.
¿Qué pasa si se lo mezcla con alcohol o drogas? “No está recomendado porque las bebidas alcohólicas tienden a bajar la presión arterial y eso puede verse potenciado”, describe el sexólogo Adrián Sapetti, autor de “El sexo y el varón de hoy” . “La combinación con drogas como poper –una anestésico que se aspira– está contraindicada porque puede causar desmayos y estados de shock. El uso conjunto con cocaína, éxtasis o anfetaminas es descabellado porque esas drogas de por sí son neurotóxicas o cardiotóxicas”. Pero aún no hay estudios científicos sobre los efectos de su combinación.
4. Cuando el hombre tiene problemas de erección es porque su pareja ya no lo excita.
“Una disfunción eréctil puede ser un indicador de enfermedades vasculares, bajo nivel de testosterona o problemas neurológicos. Entonces, mejor que hacer interpretaciones personales es hacer la consulta médica”, sugiere Magirena. Helien completa: “Existen además causas psicógenas: estrés, ansiedad o depresión. Una mala relación de pareja puede también producir problemas de erección: es que los problemas de pareja no se arreglan en la cama; se llevan a la cama y provocan disfunciones sexuales”, opina.
Lo que sigue, es otro cantar: en los casos en los que les recetan Viagra “puede ocurrir que las mujeres se sientan disminuidas, sobre todo porque no existe una pastilla equivalente para el deseo femenino”, agrega Magirena. En el Durand cuentan que algunas mujeres boicotean el tratamiento para la disfunción eréctil de sus parejas porque suponen que “no poder” es garantía de fidelidad.
5. Lo “normal” es que el orgasmo femenino se produzca con la penetración.
Hay mujeres heterosexuales que no exploran su cuerpo porque creen que el hombre es el responsable de darles el orgasmo. Otras creen que tienen una disfunción porque tienen orgasmos a solas pero no durante la penetración. “Nos enseñaron que para satisfacer a una mujer lo principal es la penetración. Muchas mujeres compran esta mentira machista y se la pasan esperando la llegada del príncipe que las despierte de su anorgasmia”, explica Helien. “Sin embargo, hay un hecho científico contundente: alrededor del 70% de las mujeres necesitan estimulación de la zona del clítoris para alcanzar el orgasmo”.
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