segunda-feira, 26 de dezembro de 2011

Hipoxifilia, el autoestrangulamiento erótico


Por Isabel Boschi


La “hipoxifilia” es una práctica erótica que consiste en la reducción del oxígeno que llega al cerebro intensificando así el orgasmo. Se logra apretando el cuello con las manos o ajustando un cinturón o cordón alrededor de la garganta, colgándose del techo hasta sentir que disminuye el pasaje del aire. Unos minutos antes de perder el conocimiento el individuo debe interrumpir el juego, bajo riesgo de  morir asfixiado.
A veces el placer de la asfixia obnubila la conciencia del peligro e impide el reflejo de supervivencia. Quienes la practican no son suicidas sino buscadores de placer que usan métodos no convencionales. Puede ser un juego en pareja o solitario.
Hay casos conocidos, como por ejemplo el de David Carradine (actor de Kung-Fu). Y casos que la psiquiatría creyó “suicidio” y que la posterior investigación sexológica definió como “hipoxifilia” por el estudio del entorno que rodeaba la escena.
La sexología denomina “parafilia” a esta práctica sexual cuando es condición necesaria para eyacular, cuando tiene origen en circunstancias significativas en la biografía de la persona, cuando es repetitiva, cuando se considera que no es un comportamiento generalizado en la población, sino que está fuera de la norma y cuando se desencadena con un alto monto de ansiedad como conducta de descarga.
El Manual de Trastornos Mentales, DSM-V en la próxima edición excluirá a las parafilias como conductas patológicas porque las prácticas sexuales no convencionales no necesariamente son enfermas. Pero cuando implican riesgo de vida para sí o para los demás deberían ser estudiadas por los expertos. Hay que prevenir sobre el peligro que implican para el gregarismo en la adolescencia y en la juventud que los lleva a juegos de imitación mortales.
Existe una población de riesgo, sin diferencia entre clases sociales ni estatus socioeconómico. Son aquellos a quienes les gusta jugar con los límites para sentir que triunfan sobre el fracaso y las reglas, y que a veces llegan a desafiar a la muerte. Acostumbrados siempre a ganar, imaginaria o realmente, muchos adolescentes y jóvenes creen que pueden superar los márgenes de cualquier hecho. Pero el cuerpo y sus funciones vitales exigen cuidado y eluden el abuso.



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