La falta de deseo sexual es una de las disfunciones más comunes

La falta de deseo sexual es una de las disfunciones más comunes
Las causas de los desórdenes son tanto físicas como psíquicas. Entre un 10% y un 30% de las mujeres no han tenido un orgasmo. El estilo de vida del siglo XXI favorece la impotencia.

TRATABLES. LA MAYORÍA DE LAS DISFUNCIONES, CON TRATAMIENTO Y MEDICACIÓN TIENEN FUERTES POSIBILIDADES DE REVERTIRSE.
La disfunción sexual es un tema que se viene abordando desde hace varias décadas a nivel de la Sexología. Se reconocen tanto desórdenes sexuales masculinos como femeninos, las causas son múltiples y responden a factores físicos o psicológicos, o la combinación de ambos. Afectan tanto la individualidad y la autoestima de la persona como la calidad de la relación con su pareja.

Patricia Smith es sexóloga y en diálogo con UNO brindó detalles acerca de las distintas disfunciones y aseguró que mediante medicación y tratamientos son tratables.

El Mapa del Amor
La profesional creyó oportuno destacar que la sexualidad es una función que se construye desde que se es un ser sexual, cromosómicamente divididos en machos y hembras.

El sexo aparece ya desde el momento mismo de la concepción, pero hay una sexualidad que se va construyendo a lo largo de la vida, que tiene que ver con lo genético, la química, con la cuestión hormonal y también con las experiencias que se van dado a lo largo de la vida del ser humano, ya sea a través de la familia, de la cultura propia del país que habita y de todo lo que conforma la cultura (la escuela Primaria, los contactos, clubes de socialización y medios de comunicación, por ejemplo).

“Este Mapa del Amor, que se construye fuertemente durante los primeros ocho años de vida, en muchas ocasiones está integrado por distintas experiencias negativas, que pueden generar disfunciones sexuales”, explicó Smith. Estas experiencias pueden ser educativas a partir de instituciones represivas, culturales, familiares y hasta pueden ser situaciones de abuso sexual infantil.

Todo va conformando la sexualidad. Cuando el Mapa del Amor se forma saludablemente, la posibilidad de tener disfunciones sexuales es baja, en cambio cuando por distintas circunstancias hay en los primeros años de la vida experiencias negativas y agresivas que condicionan la formación, la posibilidad de tener disfunciones sexuales es mayor.

Hay personas que nunca tuvieron deseo sexual o tuvieron un deseo sexual muy bajo, estos se denominan asexuales o hiposexuales. Hay otros que por diferentes situaciones de la vida ven disminuido su deseo sexual.

“Lo que visualizamos los profesionales es que en la Argentina de hoy, motivados por un montón de dificultades sociales, económicas, de incertidumbre, falta de trabajo o mala remuneración se da una situación de una disminución del deseo sexual. Hay personas que trabajan muchísimas horas para poder mejorar sus expectativas económicas mientras que otras están depresivas por la falta de fuente laboral, el resultado es el mismo, la disminución del deseo sexual tanto en hombres como en mujeres”, indicó Smith.

De todos modos, cabe aclarar que hay mayor incidencia en las mujeres respecto de la falta de deseo sexual. La explicación es química, ya que las féminas poseen menos testosterona, que es la hormona del deseo sexual. También hay otros factores a pesar de estar en el siglo XXI y es que en ciertos reductos aún existe la doble moral de que todo está permitido para el hombre y nada para la mujer.

En el hombre
Entre las disfunciones masculinas se puede mencionar la impotencia sexual, eyaculación precoz, eyaculación retardada, aneyaculación y la más fuerte hoy día (si bien se da mayormente en el sexo femenino): falta de deseo sexual o deseo sexual inhibido.

• Impotencia sexual: es patrimonio generalmente de las personas mayores. La sexualidad masculina tiene su plenitud entre los 18 y los 25 años y de ahí comienza a declinar suavemente.
Los estilos de vida del siglo XXI favorecen a la impotencia. La respuesta sexual es muy sensible a los cambios físicos, neurotrasmisores, químicos, al consumo excesivo de alcohol y drogas y todo esto conlleva a una impotencia secundaria.

Smith aseguró que se está viendo en los jóvenes impotencia provocada por adicciones. En el caso de personas mayores (de 50 a 70 años) la impotencia sexual es más fisiológica; está relacionada con patologías crónicas como diabetes, hipertensión arterial y las enfermedades neurológicas, que van alterando la microcirculación y la respuesta nerviosa y vasomotora de la respuesta sexual.
“Contamos con una herramienta muy importante que es la utilización de medicamentos, bien usados son un logro, no así cuando no hay limitaciones en su utilización”, recalcó la profesional paranaense.

• Eyaculación precoz: posicionándose ya en el siglo XXI es posible advertir que tiene que ver con la cuestión evolutiva. El varón eyacula rápido ya que el rol del varón es reproducir a la mayor cantidad de hembras para asegurar así que la especie continúe.

“Hacemos mucho hincapié en los juegos sexuales porque consideramos que lo adecuado es tener un muy buen juego sexual previo. La mujer necesita de esto y es una manera de que ambos disfruten plenamente del encuentro, mediante la etapa de caricias, juegos, mimos y estímulos, con la estimulación previa la mujer está más preparada para vivir una eyaculación más rápida”, especificó la sexóloga.
Para la eyaculación precoz hay medicación y terapias sexuales de muy buenos resultados.

• Eyaculación retardada: es muy bajo el nivel de incidencia de esta disfunción en Argentina. La cultura occidental promueve a rapidez, son más que nada los orientales los que tienen el problema de la eyaculación retardada.

*Aneyaculación: ocurren patologías o cirugías que evitan que el semen salga por la uretra y que haya una eyaculación hacia el exterior del abdomen masculino. Es una consecuencia quirúrgica.

• Falta de deseo: más allá de un porcentaje de personas asexuales o hiposexuales, que está fisiológicamente descripto en relación a un déficit bajo de hormonas o escasa respuesta de neurotrasmisores neuronales, se puede trabajar sobre el deseo en terapia y con medicamentos.

“Fuera de los casos de hiposexualidad o la asexualidad, los casos de falta de deseo se dan en su mayoría en parejas estables. Hay dos grandes obstáculos para la convivencia: la rutina y la falta de comunicación y poder trabajar con las parejas en esta cuestión es importante”, comentó la consultada.

En lo femenino
• Anorgasmia: puede ser primaria o secundaria. A nivel primario sucede en las mujeres que nunca pudieron alcanzar un orgasmo y a nivel secundario, en mujeres que luego de haber alcanzado el orgasmo en alguna oportunidad, por alguna causa no lo pueden alcanzar.

La sexualidad femenina es mucho más compleja que la masculina. Entre el 10% y el 30% de las mujeres nunca tienen orgasmo. Es una cuestión relacionada con la química, con la genética y también con la cultura, sobre todo cuando esta última es represiva.

“El clítoris como órgano de placer femenino empieza a reivindicarse después de los años 60. Hasta ese momento la mujer era una partener pasiva que se limitaba a cumplir los deseos masculinos. Con el feminismo, todos los cambios sexuales y sociales de la segunda mitad del siglo pasado, y sobre todo algo muy importante que fue la aparición de las pastillas anticonceptivas, se dio un nuevo momento histórico a nivel sexual para la mujer en que comenzaron a pensar en el goce, deshaciéndose de las mochilas de los embarazos no deseados y la imposibilidad de realizar una planificación familiar. Es desde ese momento que la mujer comienza a reconocerse orgásmica”, dijo Smith.

Como dato, aportó que el 25% de las mujeres accede al orgasmo por penetración, un 35% por penetración más estímulo clitoridio, y otro porcentaje sólo por estímulo clitoridio y destacó que lo importante es no rotularse y aprender a autoconocerse.

• Dispareunia: dolor durante o poco después de una relación sexual.

• Vaginismo: espasmo muscular involuntario de los músculos vaginales que provoca gran dolor durante o la imposibilidad de la penetración.
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