Una sexóloga, Ana María Caro, ha subrayado que no es "inhabitual" el uso de objetos que, en principio, "pueden parecer extraños"
13.06.12 - 17:16 -
EFE | MADRID
Algunas prácticas sexuales, sobre todo aquéllas en las que se utilizan objetos o animales, pueden llegar a ser muy peligrosas para la salud, aunque en España son más comunes de lo que puede parecer.
Una sexóloga, Ana María Caro, ha subrayado que no es "inhabitual" el uso de objetos que, en principio, "pueden parecer extraños", aunque ha matizado que los problemas derivados de esas prácticas se resuelven mayoritariamente en los servicios de urgencia y no en las consultas de sexología.
Precisamente, en las últimas horas, la intervención de los bomberos de Granada ha evitado la amputación del pene de un hombre que lo había introducido en un trozo de tubería cilíndrica, al parecer como parte de una práctica sexual.
La sexóloga ha explicado que muchos pacientes no son conscientes del daño que se están causando y no acuden a la consulta del especialista -normalmente el médico de urgencias- hasta que necesitan ser tratados por el daño sufrido.
"Si algo te gusta y no te hace daño, no consultas", mantiene Ana María Caro, quien ha alertado sobre el uso de objetos "extraños" que no hayan sido específicamente diseñados para las prácticas sexuales.
Apunta en ese sentido el riesgo de introducir objetos en la uretra o de utilizar objetos pequeños, frágiles o con aristas en el recto, pero también subraya la importancia de romper mitos tradicionales y afirma que la utilización de determinados objetos, con el debido asesoramiento y garantías sanitarias, puede llegar incluso a ser saludable y beneficiosa para combatir algunas dolencias como el vaginismo.
Entre los objetos que se suelen introducir en la uretra destacan los mezcladores de cóctel y las agujas de hacer punto que, debido a la estrechez del conducto uretral, pueden provocar "serios daños".
A su vez, la sexóloga ha advertido de los peligros que representan aquellos "elementos que se pueden perder dentro del recto" como es el caso de las denominadas bolas chinas.
Su recomendación, ante los problemas surgidos durante ese tipo de prácticas, es rotunda: superar la vergüenza y acudir a un servicio de urgencia.
Trabajadores de este servicio han apuntado que no son infrecuentes las llegadas de pacientes con problemas derivados de ese tipo de prácticas.
Han recordado en ese sentido que, durante los últimos años, se han atendido casos de mujeres y hombres que habían practicado sexo con animales, de personas con daños causados por un mal uso de un vibrador y de botellas u otros objetos de cristal.
Entre estos últimos, uno de los casos más comunes es la introducción de botellas que después no pueden extraerse, al haberse producido el vacío, sea en el conducto vaginal o en el anal.
La sexóloga Ana María Caro ha reiterado el riesgo de introducir objetos de cristal en el interior del cuerop por su fragilidad, y, en el caso de las mujeres, por las graves lesiones que podrían llegar a ocasionar en la vagina. EFE
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